Unos doce barcos de la flota del Gran Sol con base en Marín y Vigo, se han abanderado en los últimos años en países como Inglaterra, Irlanda y Francia para conseguir cuotas de pesca que garanticen la viabilidad futura de sus empresas.

La escasez de cuotas de pesca para España fuerza a los armadores
 
LAVOZ DE GALICIA, 31 Ene. (Pontevedra).- Ante la disyuntiva entre cambiar de pabellón o el cierre, los armadores no se lo piensan dos veces. Según fuentes del sector marinense, unos doce barcos de antigua bandera española ahora rinden pabellón británico o galo. Irlanda ha tenido menos fortuna, pero logró al menos atraer a un pesquero.
 
Esta flota con enseña foránea no guarda relación con las antiguas unidades de bandera británica que fueron comunes en su día en Marín y de las que apenas queda en la actualidad en algún barco, ya que los demás se fueron desguazando.
 
Un número creciente de armadores de O Morrazo y Vigo se han visto obligados a tomar esta decisión ante la imposibilidad de conseguir, bajo bandera nacional, cuota suficiente para que sus buques pudiesen trabajar todo el año.
 
En proceso de cambio de bandera se encuentran varios barcos más y la tendencia, al parecer, es a que esta situación siga en los próximos meses. De hecho, la mayor parte de los barcos que han cambiado de bandera lo han hecho en los dos últimos años. El cambio de pabellón no ha implicado la descapitalización de las empresas ni su deslocalización. Las tripulaciones siguen siendo mayoritariamente de O Morrazo -Irlanda y Francia imponen que el patrón sea de sus países-, los puertos base siguen siendo Marín y Vigo y las casas armadoras continúan con sus oficinas centrales en la comarca.
 
Solo que ahora se abanderan fuera porque en España no se consideran lo suficientemente amparados por la Administración. «La Unión trata mucho mejor a Inglaterra o a Francia que a nosotros [por España] en el reparto de cuotas. La compra de cuota fuera es una práctica para evitar el paro de los barcos», indicó uno de los afectados.
 
La situación ha llegado al punto en que en algunos astilleros vigueses se han construido barcos para el Gran Sol, con capital español, pero en los que nunca ondeó la bandera rojigualda, sino ya directamente la Union Jack inglesa o la tricolor francesa.
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