Nuevo varapalo de Bruselas al complejo mar-industria español y, principalmente, gallego. Al enésimo recorte de las cuotas pesqueras –especialmente lirio y caballa- impuesto desde la UE, se suma ahora la ratificación del acuerdo de asociación provisional con Papúa Nueva Guinea, que no sólo elimina los aranceles sino también las reglas de origen para todas las exportaciones de productos pesqueros.

Galicia produce el 85% de la conserva nacional
 
EL MUNDO.es, 26 Ene. (Bruselas).- La Eurocámara deja así en el filo de la navaja al sector de la conserva comunitario que ve cómo la Unión Europea da alas a sus grandes competidores. De hecho, Papúa se está convirtiendo en una plataforma de transformación y exportación de atún en la que ya han puesto el pie "las voraces flotas de China y el sudeste asiático y su industria". Así lo explicó la presidenta de la comisión europea de Pesca, Carmen Fraga, tras manifestar el voto en contra del Grupo Popular ante un acuerdo que, en principio, responde a la voluntad de Bruselas de favorecer el desarrollo pesquero de las regiones del Pacífico que no pueden, por sí mismas, explotar sus recursos.
 
No obstante, todo indica que serán otros países como Tailandia, China, Vietnam, Filipinas o Estados Unidos –principales competidores del sector atunero comunitario- quienes aprovechen la oportunidad para utilizar la isla como plataforma e introducirse en el mercado europeo a coste cero, tras el desarme arancelario. Y es que la UE, con 710.000 toneladas anuales, es el mayor consumidor de conservas de atún del mundo. A esto se suma que los productos no tendrán la obligación de ajustarse a la normativa en materia de origen, una cláusula peligrosa que abre la puerta al comercio de la pesca ilegal. No hay que olvidar que el Gobierno de Papúa "lidera una negativa rotunda a cualquier norma de gestión o control de la pesca", recuerda Carmen Fraga.
 
Papúa producirá 400.000 toneladas de latas de atún
 
Y mientras en Bruselas se debate, en Papúa, las obras avanzan. El volumen de inversiones en el país asiático, azotado con crudeza por la pobreza, indica que en breve, hacia 2014, "alcance una capacidad productiva de 400.000 toneladas anuales de conservas de atún". Esto supone el doble de lo que produce España y más de 50% del consumo europeo, y la práctica totalidad tendrá como destino la UE, afirman desde el Grupo Popular. La ecuación despeja cualquier duda si añadimos, además, que la industria comunitaria, produce unas 350.000 toneladas, el 95% para consumo interno.
 
Línea de transporte de latas.
 
El secretario general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas (Anfaco), Juan Manuel Vieites, afirma que esas grandes compañías "ya están instaladas" allí y "prometen la realización de importantes inversiones sobre el terreno". Una amenaza que toma cuerpo en la Pacific Marine Industrial Zone (PMIZ), una zona económica exclusiva en la región de Madang donde se levantan "fábricas de conservas, industrias e instalaciones para el almacenamiento y al servicio de buques de pesca extranjeros". Las ventajas son evidentes si se tiene en cuenta, por ejemplo, que "nosotros pagamos un 24% de arancel" por introducir atún desde Brasil.
 
De las "tres fábricas de atún pequeñitas que había" en Papúa, explica Vieites, se ha dado paso a cuatro grandes plantas de producción que, se estima, den trabajo a más de 5.000 personas. Lo malo, dice el portavoz empresarial, es que en vez de contratar a nativos las multinacionales "emplean a birmanos a los que pagan 50 dólares y un cuenco de arroz por trabajar a destajo". Así, Papúa se ha convertido en una vía de entrada a Europa "en una condiciones inmejorables", algo que "choca frontalmente" con la esencia misma del acuerdo que recogía, como una de sus premisas, el bajo riesgo de desestabilización del mercado comunitario. En los últimos dos años, las exportaciones papúes a la UE han crecido "un 3%", remacha.
 
Otra de las aristas de este convenio, enmarcado en el programa de Desarrollo de la Unión Europea, es la flexibilidad que conlleva con respecto a la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada (IUU) que, desde hace años, representa una batalla prioritaria para la Eurocámara. Con esta medida, entienden los empresarios, se abre "una vía de escape y un centro de operaciones" a capturas que podrán comercializarse sin necesidad de garantizar su origen.
 
La ausencia de estándares de calidad medioambiental o laboral contribuyen, dicen, a que los precios de los productos de Papúa será "un tercio más baratos" que los europeos, añade el eurodiputado Francisco Millán Mon (PP). "En mi tierra, en Galicia" –produce el 85% de la conserva nacional-, asegura, "se considera una competencia imbatible".
 
Una industria ‘en peligro’
 
Por todo ello, tachan de "incomprensible" la postura de Bruselas al "hacer peligrar la competitividad y viabilidad de toda su industria atunera comunitaria". El acuerdo, que como única garantía de origen acepta la mera transformación, asegura Vieites, compromete "de forma irreversible" la viabilidad del sector y "pone en riesgo" los miles de puestos de trabajo que, sólo en Galicia, se elevan a más de 12.000 personas. En la UE, el número total de trabajadores vinculador a este sector se cifra en 54.000 empleos indirectos y 24.000 directos.
 
Lo cierto es que Papúa, desde que el acuerdo entrara en vigor en 2008, ha vivido una importante transformación. Ante el creciente interés de las multinacionales conserveras por invertir en el país, el Gobierno ha decidido crear una zona económica exclusiva en la región de Madang en la que se pasará por alto la legislación que rige en materia medioambiental o laboral, con el consiguiente malestar entre la ciudadanía.
 
El acuerdo, que se ratificó el 19 de enero de 2011 en el Parlamento Europeo, pese a las dudas expresadas por BNG y PP, ya está en aplicación desde el año 2008. La única oportunidad que atisban los empresarios españoles es revocar la decisión de Bruselas en el mes de abril, cuando se proceda a la revisión de un acuerdo que se ha revelado como "un gravísimo error de cálculo", concluye Carmen Fraga.
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