La botadura del primer buque anfibio para la Armada de Australia, bautizado como Canberra, que se celebrará el día 17 del próximo mes de febrero, está paliando la caída en la actividad que iba a producirse en los astilleros de la ría de Ferrol como consecuencia de la entrega de la quinta fragata para la Marina de Noruega.
Los altos niveles de trabajo se mantendrán hasta el verano
 
LA VOZ DE GALICIA, 20 Ene. (Ferrol).- En estos momentos, las plantas de Navantia aún tienen tres barcos en cartera ?los dos megabuques para la Marina australiana y la fragata F-105 para la española?, que se encuentran en diferentes fases de fabricación, lo que garantiza elevados niveles de ocupación. De hecho, pese al cierre del programa noruego, las obras de construcción y de reparación de buques emplean en estos momentos en las antiguas Astano y Bazán a unos 4.000 operarios de compañías auxiliares, 500 de ellos en Fene y los otros 3.500 restantes en Navantia Ferrol, según los dos comités de empresa.
 
Nuevas construcciones
 
En el caso de la planta ferrolana, la mayoría de los trabajadores indirectos (unos 2.800) se ocupan de la fabricación de los nuevos buques, mientras que los 700 restantes están en las obras de la división de Reparaciones.
 
Los representantes de los trabajadores están preocupados, y ya han transmitido esa inquietud tanto a la corporación ferrolana como a la de Fene. Si bien el presente y el medio plazo no será dramático, debido al elevado plazo de desarrollo que tienen los contratos militares, sería necesario que la empresa cerrase ya nuevos encargos para que la fase de fabricación coincidiese con el período final de los buques en construcción actualmente. Así, si las previsiones del astillero no fallan, en el 2012 se entregará la quinta F-100 para la Armada española y partirá para Australia el primer buque anfibio, que será terminado en el país.
 
Pero la posibilidad de que se cierren ya nuevos encargos es actualmente remota, según admiten los responsables de la compañía pública, ya que la mayoría de los concursos en los que participa Navantia se encuentran en una fase inicial y no se espera que se materialicen pedidos al menos hasta el próximo año.
 
Además, las futuras opciones de ocupación tendrán que derivarse del mercado internacional, por cuanto el interior está cerrado a esa posibilidad. El Ministerio de Defensa ya advirtió el pasado año a la empresa pública que tendría que recurrir a la exportación, ya que los presupuestos para construir nuevos buques estarán blindados durante varios ejercicios.
 
Aunque a finales del 2010 se había reducido el número de operarios de compañías auxiliares, debido al proceso de construcción modular de los barcos, al que se van incorporando paulatinamente distintos gremios y saliendo otros, de nuevo se ha recuperado el empleo, impulsado principalmente por la proximidad del bautismo de mar del primer navío anfibio australiano.
 
Tanto Fernando Sinde, presidente del comité de empresa de Navantia Ferrol y también del comité intercentros de la compañía pública por CC. OO. como José Rico, del de Fene, por UGT, coinciden al subrayar su preocupación por el futuro del empleo en la ría, aunque admiten que al menos hasta el próximo verano no se esperan caídas bruscas de la ocupación auxiliar. Será a partir de entonces, aunque de forma más acusada a finales de este mismo año, cuando las firmas auxiliares vayan quedándose sin encargos en Navantia.
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