Tres ministerios -Asuntos Exteriores, Medio Ambiente y Defensa, coordinados por el primero- trabajan juntos para la liberación de los dos gallegos secuestrados por piratas en el océano Índico junto al resto de la tripulantes del Vega 5, un palangrero de bandera mozambiqueña y propiedad de una empresa en la que participa Pescanova.
El barco se dirige a un puerto somalí al ritmo lento de un palangrero
 
EL PAÍS, 5 Ene. (Vigo / Madrid).- Los embajadores en Mozambique, Tanzania y Kenia han recibido orden de contactar con los respectivos Gobiernos para intentar resolver el secuestro, según fuentes gubernamentales. El Vega V, explican esas mismas fuentes, está "permanentemente localizado" y "se dirige, al ritmo lento de un palangrero, hacia un puerto somalí" en el que los piratas se sienten seguros.
 
Pese a que la diplomacia española sigue sin pronunciar la palabra "secuestro", -el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Juan Antonio Yáñez, lo calificó ayer de "incidente"-, la fuerza aeronaval europea de lucha contra la piratería (Eunavfor) no contempla otra posibilidad. Tampoco el sector pesquero, alarmado por la creciente capacidad de los piratas para ampliar su radio de actuación y mejorar sus métodos de abordaje. "Hemos pedido a todos nuestros barcos que están ahora mismo faenando en el canal de Mozambique que extremen las precauciones", aseguró ayer Juana Parada, gerente de la Organización de Palangreros Guardeses.
 
Cuatro buques de armadores gallegos, con tripulaciones de entre 12 y 15 personas cada uno, pescan en la zona con aparente normalidad y en contacto con los medios desplegados por Defensa. Al menos otros 10, también de bandera española, lo harán en un par de meses, cuando empiece la campaña del atún.
 
"Los ataques se están extendiendo; suponemos que el Gobierno está haciendo lo que puede, pero se ve que no es suficiente. Los reportes militares hablan de que ahora mismo hay entre 10 y 12 buques nodriza de piratas en esas aguas [en la zona donde fue secuestrado el Vega V], cuando antes había uno o dos", aseguró ayer un portavoz de la Asociación Nacional de Armadores de Buques Atuneros.
 
Balleneros y pesqueros de todos los tamaños, algunos de ellos procedentes de anteriores secuestros, sirven de apoyo logístico a los piratas somalíes para organizar abordajes que antes ejecutaban con esquifes. Estas embarcaciones nodriza van más lejos y cuentan con más armas para combatir a los servicios privados de seguridad. El problema es que los palangreros ni siquiera disponen de esa protección. A diferencia de los atuneros, son naves mucho más vulnerables, fáciles de abordar y asaltar con un simple bote.
 
"Alcanzan un tercio de la velocidad de un atunero normal y no miden más de 27 metros de eslora; es imposible acomodar a un cuerpo de seguridad". Lo cuenta el patrón del Balueiro, Argimiro González, que cuando se produjo el secuestro del Vega 5 se encontraba a 140 millas. Ayer, en una crispada carta difundida por la revista especializada Industrias Pesqueras, relató con nerviosismo la situación que se vive en la zona: "Nos dicen que tengamos cuidado pero ¿de qué? ¿de cientos de barcos que nos rodean […] idénticos a los que emplean los piratas como nodriza? Barcos que, sin llegar a nuestro alcance visual, pueden arriar su diminuta lancha, casi indetectable por nuestros radares o que, cuando estos las detecten, sea demasiado tarde para evitar lo inevitable. Tener cuidado era lo que hacíamos hasta ahora, faenar más al sur, en zonas más alejadas del conflicto. Pero nos dedicamos a pescar especies migratorias que imponen sus caprichosos desplazamientos naturales, […] adentrándonos en zonas de mucho peor tiempo, canjeando la seguridad de estar lejos de los piratas por la inseguridad de las condiciones meteorológicas adversas. Sin embargo, con el secuestro del Vega V, nos hemos dado cuenta de que no sirve de nada, que los piratas disponen de medios para llegar a donde quieran y, lo que es peor, que se pueden pasear a capricho por todo el océano Índico sin que nadie los detenga".
 
Además de prudencia y discreción, organizaciones del sector han reclamado más información al Gobierno para poder informar a sus flotas sobre los riesgos que implican las zonas donde se faena. El Vega V fue capturado fuera del perímetro de seguridad de la Operación Atalanta. Mientras, las familias del capitán, José A. García, y del contramaestre Alfonso Rey, siguen esperando noticias.
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