La facturación ha bajado, debido a que el sector lleva varias temporadas con los precios congelados, mientras que los costes se han incrementado considerablemente durante ese período.
Las empresas orientadas al público medio, que han sabido posicionarse con la clientela fidelizada, han mantenido sus resultados, pero no ha ocurrido lo mismo en el segmento de la gama alta, donde se han producido algunos cierres por la caída de la demanda.
Tampoco la evolución ha sido igual en todas las zonas turísticas, ya que las empresas situadas en el litoral mediterráneo, que se alimentan del mercado español y del de residentes extranjeros afincados en España, han tenido un comportamiento mejor que, por ejemplo, las de Baleares.
Al tener una mayor dependencia del turismo foráneo, que se ha contraído en 2009 más que el nacional, las empresas náuticas del archipiélago balear se han visto obligadas a bajar a la mitad sus tarifas para atraer la demanda.
No obstante, los empresarios opinan que el sector podría lograr mejores resultados si se simplificase su complicada legislación, que pone un sin fin de trabas burocráticas, y homologara las normas a nivel europeo, lo que evitaría el gran porcentaje de la actividad sumergida que padece el sector.
También denuncian que la transferencia de las competencias en esta materia a las comunidades autónomas aún complica más las cosas y piden a sus autoridades que faciliten infraestructuras y servicios portuarios de calidad, que permitan acabar con la actual dispersión de las empresas náuticas, creando áreas con amarres para uso exclusivo de sus embarcaciones.
