Una delegación militar rusa visitará este mes el astillero español
Las autoridades de Defensa de Rusia han comenzado a estudiar los buques anfibios que construye el astillero militar español de Navantia, con vistas a una posible adquisición.



Aunque todavía se trata de una negociación en ciernes, el Diario NEGOCIO ha podido confirmar en fuentes cercanas a la operación, que dichas gestiones han comenzado, aunque el primer paso, una visita del embajador de la Federación de Rusia en Madrid, Alexander Kuznetsov, a las instalaciones de Navantia en Ferrol (Galicia), la semana pasada fue cancelada.


No obstante, en este mes de diciembre está prevista la visita oficial de representantes del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa a las instalaciones de Navantia, con el fin de profundizar en el estudio del Buque de Proyección Estratégica (BPE) Juan Carlos I.


El BPE, un barco de guerra con más de 230 metros de eslora, siete de calado y 32 de manga, es el mayor buque militar diseñado y construido por Navantia, que ya antes de su entrega definitiva a la Marina española ha conseguido un primer contrato de exportación de dos buques de proyección estratégica con Australia.


La pista del Mistral




Rusia está jugando a varias bandas en esta cuestión. Hasta la fecha parecía que la compra de busques anfibios a Francia estaba hecha, y la circunstancia de que esté negociando a la par con España, a la búsqueda de un mejor precio final, puede dar al traste con sus planes de compra en el exterior. Serguei Oboznov, agregado de prensa de la Embajada rusa en Madrid, no quiso la semana pasada confirmar ni desmentir esta información. Según France Press el precio de un portahelicópteros Mistral francés alcanza los 600 millones de euros. El Buque de Proyección Estratégica (BPE) Juan Carlos I, de la Armada española, tiene un precio de orden de ejecución de 360 millones, y ello pese a contar con mayor capacidad tecnológica y de carga que el galo.


El pasado mes de septiembre, la prensa rusa recogía una nota oficial del ministerio de Defensa de Rusia en la que éste admitía su intención de adquirir buques de desembarco anfibio tipo Mistral de fabricación francesa, con miras a la adquisición de las licencias correspondientes para la construcción de otros tres buques iguales en los astilleros rusos.


Material de urgencia


Según la agencia RIA Novosti, la Armada de Rusia necesita con mucha urgencia buques de desembarco anfibio por los que actualmente tiene a su disposición, de fabricación polaca fueron construidos en la década de los años 70 y 80 y la mayoría están caducos.


Los programas de buques anfibios nacionales que podrían ser desarrollados, se encuentran obsoletos, como es el caso el proyecto BDA 11780, con más 25 años de antigüedad, concebido con anticuada tecnología de época soviética. Por eso Rusia se fijó en el Mistral. Concebidos en origen por EE UU para el conflicto de Vietnam, esta versión gala de buque anfibio de desembarco tiene un desplazamiento de 21.000 toneladas, 100 metros de largo y 32 metros de manga. Cuenta con cubierta de vuelo corrida para despegue y aterrizaje de helicópteros, y puede transportar 900 infantes de marina o 40 tanques y entre 15 helicópteros pesados o 35 ligeros. Todas estas cifras están muy por detrás de las capacidades del BPE español.


El pasado 23 de noviembre el portahelicópteros francés Mistral llegó a San Petersburgo para que los militares rusos conocieran este navío de desembarco que podría incorporarse a la Flota rusa del Báltico. Durante la visita del Mistral se realizaron varias pruebas, como el aterrizaje en cubierta de un helicóptero de asalto ruso Ka-52ª.


 



Putin reconoce que existen más ofertas


“No hemos decidido nada todavía respecto a la adquisición de navíos tipo Mistral. Ustedes son vendedores, y nosotros, clientes. También hay otras ofertas”, dijo el primer ministro ruso Vladimir Putin el pasado 27 de noviembre en la rueda de prensa ofrecida junto con su homólogo francés Francois Fillon, al cierre de la reunión de la comisión intergubernamental ruso-francesa. Por otra parte, el almirante Viacheslav Popov, ex jefe de la Flota rusa del Norte, ha manifestado recientemente que su país tiene en su arsenal armas obsoletas y carece de buques modernos en las principales categorías. Según datos oficiales, en la última década, la Armada rusa sólo ha recibido una corbeta cuyo desplazamiento ronda 2.000 toneladas y ningún buque oceánico.


 


[DiarioNegocios.es, 3/12/09].

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