El astillero vizcaíno La Naval (Construcciones Navales del Norte) se vistió el pasado 3 de septiembre de fiesta una vez más para botar en sus instalaciones de Sestao la draga Leiv Eiriksson, que constituye, junto con su gemela Cristóbal Colón, entregada en junio pasado a sus armadores, el buque de este tipo más grande del mundo.



 La Leiv Eiriksson, cuyo armador es la empresa belga Jan de Nul -uno de los grandes clientes del astillero-, es un gigante con una eslora de 213,5 metros (similar a dos campos de fútbol), una manga de 41 y un puntal de 20. Entre sus características tecnológicas destaca su capacidad de poder extraer arena y rocas de hasta medio metro de diámetro desde una profundidad de 142 metros, por medio de sus dos brazos de dragado. Su capacidad es de 46.000 metros cúbicos y se destinará a recoger arena del fondo marino para rellenar zonas ganadas al mar o para conseguir más calado.


La entrega del buque, en cuya botadura actuó como madrina Anita Vandewalle, esposa del director de la compañía armadora, tendrá lugar en 2010. La espectacularidad del proceso de lanzamiento a las aguas de la ría se vio ayer incrementada por el viento reinante en la zona, que propició el riesgo de colisión con otro barco amarrado a los muelles del astillero. El problema fue resuelto por los remolcadores, que ya tenían prevista esa circunstancia.


Quedan tres buques


Una vez en el agua, los trabajadores de La Naval y de las industrias auxiliares comenzarán la fase de armamento del buque, a la que seguirán las de prueba de los diferentes sistemas. En la actualidad, la empresa trabaja en tres buques: el lanzado ayer, el ‘fall pipe’ Jules Verne ya botado en febrero para Jan de Nul, y otra draga de menor tamaño -30.500 toneladas CGT- que se comenzó a construir hace unos meses.


El sector vasco de construcción naval, que hace tan sólo un año tenía cola en sus gradas y una cartera de pedidos sin precedentes, vive ya una etapa de declive que supondrá una caída de su facturación de un 8% y una pérdida de empleo cercana a los 500 trabajadores, de una fuerza laboral directa de 8.850 personas e indirecta de 17.500, según se constató el pasado junio en el curso de la asamblea anual del Foro Marítimo Vasco.

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