Con 47 miembros y un sector que genera el 3,2% del PIB y más de un millón de empleos inducidos

Cuarenta y siete empresas e instituciones relacionadas con la actividad marítima, entre las que se encuentran astilleros, navieras, industrias auxiliares, universidades, investigadores, ingeniería, patronales, sindicatos y entidades financieras, se han asociado ya al Clúster Marítimo Español (CME), una ambiciosa organización que cuenta con poco más de dos años de existencia y que se integra en la Red Europea de Clústers Marítimos (European Network of Maritime Clusters). Así se dio a conocer a los periodistas en la rueda de prensa llevada a cabo el pasado 12 de noviembre en el 47º Salón Náutico de Barcelona. El CME tuvo su propio stand, integrado en el denominado Espai de Innovació, gestionado por la Fundación Innovamar.

Precisamente, uno de los objetivos básicos del CME es proyectarse en el exterior y transmitir la imagen de España como país marítimo e innovador, al tiempo que confiere dimensión para emprender grandes proyectos y acceder a la creación de consorcios y acciones de cooperación, base del Programa Marco Europeo y del Plan Nacional de I+D+i.

En conjunto, las empresas y demás entidades dependientes del CME, el mayor clúster industrial de España, defienden los intereses de un gran sector responsable directo de 450.000 puestos de trabajo y de un 3,2% del Producto Interior Bruto. Pero, si se le suma el efecto inducido, genera entonces un 7% del PIB y más de un millón de empleos, de manera que cada euro gastado en el mar posee un efecto multiplicador de 2,20 € y 2,5 empleos en la economía española. En el caso de algunos segmentos, el efecto inducido es aún mayor. Por ejemplo, en la construcción naval y en el transporte marítimo se generan 4,5 € por cada euro invertido, y en el de la náutica de recreo, 7.

La industria naval y el transporte marítimo se vienen comportando en los últimos meses de forma anticíclica y gozan en España de buena salud a pesar de la crisis económica, en buena parte porque se hicieron a tiempo los ajustes de competitividad necesarios de producción, empleo, formación y externalización de actividades de menor valor añadido. En términos de cartera de pedidos, hay trabajo asegurado para varios años.

Según los datos publicados por la Gerencia del Sector Naval, los astilleros españoles tenían 141 encargos al término del último ejercicio anual, después de haber efectuado 64 entregas durante el año 2007. En general, se trata de barcos de elevado nivel tecnológico, no estandarizados y muy a la medida en innovación y diseño.

Para el periodo 2008-2011, el CME ha elaborado un ambicioso Plan Estratégico, al término del cual deberá haberse consolidado como una pieza básica en el sector marítimo. Se identifican en este plan cinco áreas de interés: impulso a la competitividad, proyección internacional, mejora de la formación de los recursos humanos, tecnología/innovación y sociedad e imagen. Para su puesta en marcha se han creado varios grupos de trabajo en los que participan activamente los socios.

La importancia de la existencia de clústers marítimos en los diferentes países se pone de manifiesto en El Libro Azul de la UE, que denuncia la fragmentación existente en las numerosas políticas que afectan al mar, unas en los ámbitos del transporte y la industria, otras en regiones costeras y energía, otras en pesca y acuicultura, otras en logística de puertos, etc., etc. Este cierto desorden lleva a que las políticas no tengan siempre la coordinación necesaria y lleguen incluso a ser contradictorias.

En consecuencia, el Libro Azul hace una llamada a la integración tanto de las políticas referentes al mar, como de los agentes que intervienen. Es, pues, evidente que el CME, como lo hacen el francés, el holandés, el alemán, el noruego, el polaco y algunos otros ya constituidos en Europa, van a contribuir de manera importante a la consecución de los objetivos del Libro Azul, cuyos ejes estratégicos guardan cierta semejanza con los del CME. Se está definiendo una política marítima europea sólida y consensuada, y de ahí la importancia de pertenecer, como ya hace el clúster español, a la Red Europea de Clústers.

Para el CME resulta también decisivo reforzar la presencia internacional en Latinoamérica, aprovechando los intensos lazos de cooperación, y difundir en todos los mercados la marca “España, país marítimo e innovador”.













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