La Real Liga Naval y el Clúster Marítimo Español vuelven a unir fuerzas en el V Congreso Marítimo Nacional que, los días 8 y 9 de febrero de 2023, volverá a someter a debate los problemas y deseos de los distintos segmentos de la industria marítima. Un evento, cuyo Comité de Honor está presidido por Su Majestad el rey Felipe VI, y en el que se analizará el futuro de la industria marítima desde el ámbito de la Armada Española, la pesca, los puertos, la cultura, la construcción naval, las energías marinas, la náutica de recreo, la formación, la Marina Mercante y la economía azul. Juan Díaz Cano, presidente de la Real Liga Naval Española, ha hablado para Rotación sobre la organización del Congreso, así como de las perspectivas de futuro del sector marítimo

¿Qué expectativas se tienen depositadas en esta nueva edición?
Siendo conscientes de que en la vida más importante que el destino es el camino, desde la organización del congreso aspiramos a seguir nuestro camino de reivindicación en favor de un sector muy desconocido por la ciudadanía española que, sin embargo, contribuye con más de un 7% al PIB nacional. Buscaremos poner foco en la industria marítima española, en sus problemas y en sus anhelos de futuro.

¿Cómo ha venido evolucionando el Congreso desde su concepción hasta esta V edición?
El primer Congreso tuvo lugar en el año 1901 como una reivindicación empresarial marítima frente a la disolvente idea de la clase política del momento que propugnó dar la espalda al mar una vez que se habían perdido las últimas posesiones coloniales. Sin aquel primer congreso la historia marítima de nuestro país no podría ser entendida. El segundo congreso se demoró la friolera de 113 años y fue organizado por la Liga Naval en la ciudad de Santander con la idea de retomar una visión reivindicativa de nuestro sector. Este congreso sirvió para que el Clúster Marítimo Español se uniese a la Liga Naval como ente organizador de posteriores congresos. Resulta evidente que la concepción “lobbystica” del primer congreso dejó a paso en los recientes congresos a una concepción de carácter más informativo y de difusión de la realidad del sector.

Tras cinco ediciones, ¿qué balance hace del impacto y aportación del Congreso al sector?
Resulta difícil medir con exactitud el impacto real que un congreso puede acabar teniendo. Sin embargo, convendría recordar aquella disquisición de Bastiat sobre los efectos visibles y los invisibles que cualquier actuación social genera sobre una economía. Saber distinguir entre lo que se ve y lo que no se ve en un hecho económico es lo que diferencia al líder carismático del gerente al uso. Este es el verdadero reto de nuestros dirigentes empresariales. Una mayor apertura mental y una menor atención al balance les permitirá entender la necesidad y la utilidad de este congreso marítimo.

Siempre se sostiene que la sociedad es poco conocedora de las acciones que la industria marítima lleva a cabo, ¿de qué forma podría fomentarse ese diálogo entre industria y sociedad?
Ningún diálogo entre sociedad e industria puede obviar el papel de los poderes públicos. Son estos los encargados de marcar las reglas del juego que permitan el desarrollo de un sector. A falta de esta actuación pública deben ser las empresas privadas las encargadas de fomentar este diálogo. Tarea que se antoja difícil y complicada cuando comprobamos que el mar solo es noticia en los medios con motivo de desastres o accidentes. En esta labor de concienciación marítima el papel de instituciones como la Liga Naval resulta imprescindible.

El Congreso Marítimo Nacional contempla un amplio programa que da cabida a los diversos segmentos que componen el mercado marítimo, ¿Cuánto de importante es la transversalidad en esta industria?
La principal virtud de este congreso es que congrega a los principales actores del sector marítimo español de modo transversal y amplio. Ello se debe a que estamos ante unos de los sectores más transversales de la economía española. Es esta transversalidad la que favorece factores como la expansión, la innovación o la competitividad.

¿Cómo es el papel de la industria marítima española respecto al resto de Europa, en lo que a economía azul se refiere?
Aunque el sector marítimo español realiza una importante apuesta por el desarrollo de una economía azul, la triste realidad es que los poderes públicos españoles no acompañan esta apuesta. Nuestros empresarios marítimos deben competir con los de países de nuestro entorno europeo más cercano donde el apoyo público a estos resulta evidente. Sin embargo, me gustaría destacar el papel innovador y competitivo de muchas de nuestras empresas que, contra viento y marea, han conseguido subirse al tren de esta nueva revolución tecnológica que en breve cambiará los modelos sociales, laborales y de relaciones económicas y financieras.

¿Qué nichos de mercado se perfilan como los de mayor potencial futuro?
Seguramente aquellos vinculados a la especialización bajo su concepción más amplia.

¿Qué balance hace del sector tras la Covid-19?
El sector ha sufrido un serio correctivo como consecuencia de una pandemia que ha venido a acelerar una revolución digital que nos llevará a un mundo más volátil, flexible y tecnificado. El sector marítimo español no puede permitirse el lujo de perder esta oportunidad de adaptación a los nuevos modelos imperantes que ya se vislumbran en el horizonte.

¿Hacia dónde cree que se dirige el futuro del sector marítimo en su conjunto?
El sector se dirige hacia una mayor concentración, menor competencia, mayor regulación y la aceptación de modelos medioambientales asumidos por el mundo libre desarrollado y despreciados por países como China, India o Rusia.

Desde el punto de vista de la Real Liga Naval, ¿qué medidas ayudarían a un mayor desarrollo de la industria marítima?
Desde hace muchos años en la Liga Naval defendemos que España deba disponer de un Ministerio de la Mar. No es de recibo que el sector marítimo español dependa de, nada más y nada menos, que siete ministerios distintos. Esto acarrea una dispersión de fines y objetivos que maniatan al sector y le impiden desarrollarse en igualdad de condiciones con sus competidores europeos más cercanos. Países como Francia, Dinamarca, Francia o Portugal disponen de Ministerios de la Mar o entes públicos asimilables. ¿Por qué España no puede seguir esta senda?

Fuente:
www.clustermaritimo.es
www.interempresas.net

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