Entre lluvia y neblina y con un gallardete de 16 metros de largo atado al candero de popa para evitar que ondeara incontrolablemente, tres de los nueve tripulantes se alinearon en su último ‘babor y estribor de guardia’ mientras el capitán de corbeta William Alexander guiaba al barco en su último atraque.
‘A pesar del clima desapacible, fue fantástico participar de una tración naval tan importante como es la última singladura y estoy muy contento de haber tenido esta oportunidad’, destacó el marinero de primera Joel Bradley, radio del Gleaner.
Él y sus compañeros de tripulación fueron recibidos por el ex comandante, ahora el Hidrógrafo de la Armada, el capitán de navío Gary Hesling cuando la embarcación de 14.8 metros de eslora atracó en el muelle de Devonport por última vez…
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