El acto de puesta de quilla del crucero -de 190 metros de eslora y que tendrá capacidad para 298 pasajeros- también sirvió para confirmar que Barreras aspira a construir los otros dos buques que Ritz-Carlton prevé incorporar a su recién nacida flota de aquí al 2022. El presidente de la factoría da por seguro que el contrato del segundo de los cruceros se cerrará antes de la botadura de este al que este jueves colocaron el primer bloque en la grada, prevista para septiembre.
El director general de la división marítima de la cadena americana, Douglas Prothero, aseguró que el buque, mezcla de superyate y trasatlántico, «va a cambiar las reglas del juego en el mercado del ocio». En parecidos términos se expresó el director ejecutivo de la firma diseñadora, Fredrik Johansson: «Este barco es algo nunca visto, delicioso como un paquete de ostras de la ría. Estamos seguros de que muchos van a intentar copiar el concepto, pero llevamos años de ventaja».
Finalmente, Timothy Grisius, director global de Bienes Raíces de Marriot International, subrayó que eligieron Barreras entre todas las opciones posibles por la gran historia del astillero vigués. «Hemos tomado la decisión correcta», afirmó.
La inminente entrada en vigor del contrato del ferri permitirá a Barreras recuperar cifras de empleo de hace una década. Estiman que después del verano pueden trabajar en el astillero 1.200 personas. García Costas avanzó que ya están buscando mano de obra cualificada fuera de Galicia porque, entre las jubilaciones y la emigración de profesionales en los años más duros de la crisis, hay un déficit de soldadores, caldereros y tuberos.
Fuente: lavozdegalicia
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