Estos son algunos de los resultados que se presentaron este septiembre en un congreso internacional en Fuerteventura al que acudieron más de una veintena de científicos para abordar los avances científicos y tecnológicos sobre el efecto de los sonar en los zifios.
El congreso coincidió con el 15 aniversario del varamiento de 14 zifios en aguas de Fuerteventura y Lanzarote mientras se realizaban los ejercicios militares ‘NEOTAPON 02’ donde se usó sonar antisubmarino de alta intensidad y media frecuencia.
El director del Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Antonio Fernández, señaló, en una entrevista a Efe, que el congreso ofreció resultados de las investigaciones realizadas en los últimos diez años y en los que el grupo de Investigación de Cetáceos de este centro ha realizado el seguimiento individualizado de cada cetáceo que muere en Canarias para averiguar su causa.
Los resultados arrojan un predominio de muertes motivadas por causas naturales como el cáncer, infecciones, la edad o la muerte neonatal y en menor medida las antropogénicas, que son aquellas derivadas por la actividad humana como colisiones con barcos, interacción con pesca o actividades vinculadas a la contaminación.
Según Fernández, la causa de la reducción de muertes por la acción del hombre se debe a la moratoria antisonar de 2004 tramitada después de que el Parlamento Europeo tomara una resolución de forma no vinculante en la que invitaba a los países de la Unión Europea a tomar medidas para evitar la afectación de la fauna y contra la utilización de sonares de intensidad como son los antisubmarinos.
El Gobierno español aprobó ese mismo año, a petición del Gobierno de Canarias, una moratoria antisonar que se ha convertido en referencia mundial en la defensa de los cetáceos y que ha permitido que no se vuelvan a producir varamientos masivos.
Fernández ha explicado cómo se ha intentado establecer alguna medida preventiva similar en algunas zonas del mundo sobre todo en el caso de sonares antisubmarinos, pero no se ha logrado.
California ha hecho algunos intentos, mientras aún existen puntos calientes como Italia y Grecia en el Mediterráneo donde ‘se ha demostrado claramente la mortalidad asociada a maniobras’ y ha añadido ‘en este momento el Mediterráneo es un mar donde ser un zifio tiene un alto riesgo’.
El también catedrático de Veterinaria ha apuntado que antes de entrar en vigor la moratoria ‘uno de cada tres cetáceos moría por actividad humana y ahora es uno de cada cuatro, lo que ha hecho que se redujera un 25% la muerte de cetáceos derivada de la actividad humana’.
Asimismo, ha señalado que las causas de muertes de zifios, grupo dentro de los cetáceos, en estos últimos diez años en Canarias han sido naturales y de forma puntual debido a la colisión con algún barco.
Las aguas canarias gozan de tener el privilegio de ser una de las regiones con mayor riqueza y diversidad del Atlántico oriental con hasta 30 tipos de cetáceos y ‘el tercer punto del mundo donde se puede salir al mar con la seguridad de que se van a ver cetáceos durante el día’, sostiene Fernández.
En 2002 la colonia de cetáceos canaria sufrió el revés de un varamiento de zifios en aguas de Fuerteventura y Lanzarote que se sumó a otros varamientos masivos producidos durante los años ochenta y noventa.
El equipo de la universidad grancanaria pudo comprobar la relación entre la muerte de los zifios y los ejercicios militares en aguas canarias debido a la muerte de estos por una enfermedad descompresiva parecida a la que parecen los buzos y cuyos resultados fueron presentados en la revista científica Nature.
Fernández sostiene que los zifios son ‘muy sensibles a la contaminación acústica, particularmente a la emisión de sonido que emiten los sonares antisubmarinos’.
Fuente: diariodenautica
http://www.diariodenautica.com/la-moratoria-antisonar-reduce-un-25–la-muerte-de-cetaceos-en-canarias