NAUCHERglobal.- Cuando observamos algún buque en el horizonte o fondeado en un muelle, no imaginamos la complejidad de tareas o actividades que lo hacen posible, a objeto de trasladar bienes y servicios que adquiere un ente cualquiera para la satisfacción de sus necesidades.

En consecuencia, operan una serie de agentes o factores variopintos, tales como: los consignatarios marítimos, representantes de las navieras, aunque pudiera tratarse, también, de armadores, los cuales cumplen funciones de captar cargas a objeto de coordinarlas junto con las descargas. Vale decir, que es el empresario propietario del buque, quien se encarga de actualizar las condiciones de navegabilidad, pues los cede a las navieras a fin de que estas efectúen el transporte de mercancías, pero actúan como un modelo diferente de empresas de logística, aunque por lo general formalizan contratos de transporte marítimo internacional.

También existe el shipbroker –corredor marítimo-, que actúa como mediador en la búsqueda de diferentes buques, a objeto de que las operaciones puedan desempeñarse eficientemente. Por su trabajo, percibe una comisión acordada, previamente, por las partes.

Asimismo, tenemos al consolidador, encargado de conservar espacios dentro de los buques a una tarifa definida a objeto de negociar con los diferentes cargadores. Y, por último, el desconsolidador que desagrupa las mercancías en sus destinos respectivos y lo notifica al importador.

Como pudiera apreciarse se trata de todo un proceso complejo, sobremanera, que requiere, a la brevedad, la implementación de los puertos inteligentes, acerca de lo cual ya hemos hablado en otra entrega.

Fuente: NAUCHERglobal
http://www.naucher.com/es/actualidad/el-transporte-maritimo-internacional-y-sus-conexos/_n:6083/

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