LA VOZ.- La Justicia Europea dirime si la flota comunitaria puede operar en aguas del Sáhara Occidental.

«Es un problema jurídico, político e ideológico». Así resumía este martes el presidente de la Comisión de Pesca de la Eurocámara, Alain Cadec, el complejo cóctel de intereses que hay mezclados en torno al acuerdo pesquero UE-Marruecos.

En el corazón de la disputa están las ricas aguas del Sáhara Occidental. Su explotación por parte de la flota comunitaria discurre con el beneplácito del Gobierno de Rabat y con el rechazo del Frente Polisario, que ha recurrido a la justicia europea para paralizar la actividad en el caladero. El objetivo es forzar a las dos partes a negociar con los representantes del pueblo saharaui como condición para que los buques europeos puedan seguir faenando en esas aguas y sus productos puedan ser exportados a bajo coste.

El sector teme que el pronunciamiento del Tribunal General de la UE en el mes de noviembre discurra en la misma línea que el del acuerdo agrícola de libre comercio, el cual obligó el pasado 21 de diciembre a suspender los intercambios y la actividad con esa región africana al excluir el territorio saharaui del acuerdo.

La sentencia obliga ahora a la UE a buscar un atajo jurídico. Los servicios diplomáticos se reúnen este miércoles en Rabat con las autoridades del país norteafricano para tratar de enmendar el acuerdo incluyendo a los representantes de la comunidad saharaui. Es el mismo escenario en el que se podría encontrar la flota en unos meses, aunque Bruselas confía en que la justicia le será favorable: «No tenemos motivos para pensar que este acuerdo deba ser invalidado», explicó una responsable de los servicios jurídicos de la Comisión, en la misma línea que el director de Pesca Sostenible, Stefaan Depypere: «Hay elementos que difieren entre ambos acuerdos y que pueden hacer que el Tribunal se pronuncie de forma distinta», aseguró para calmar los ánimos.

Año y medio más de acuerdo

Pero sus argumentos se tambalean. Se basan en que el texto recoge el derecho de la UE a operar en aguas jurisdiccionales de Marruecos, en las que está incluido el caladero del Sáhara Occidental y que en el caso de la pesca, se está garantizando su impacto positivo para la población local.

Independientemente de lo que ocurra en noviembre, el acuerdo pesquero caduca en verano del 2018, así que las negociaciones con Marruecos están a la vuelta de la esquina. Y no llegan en buen momento. «Las relaciones han sufrido el trasiego en los tribunales. No están al nivel que nos gustaría. Para nosotros es una prioridad mantener la relación con Marruecos y tenemos cierta prisa en restablecer la claridad por nuestros operadores económicos», asegura el servicio diplomático de la UE.

La eurodiputada socialista Clara Aguilar pidió a Bruselas aclarar cuando antes las dudas y «valorar que hay un sector pesquero afectado por la incertidumbre». «Entiendo las demandas del pueblo saharaui, pero la relación con Marruecos es muy importante para nuestro sector», zanjó.

Fuente: LA VOZ
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/maritima/2017/03/01/bruselas-confia-mantener-acuerdo-pesquero-marruecos/0003_201703G1P31991.htm

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