Los cargadores exigen, o quieren exigir garantías de continuidad en la cadena de transporte y no volver a sufrir los problemas que ocasionó el fallido de Hanjin. Algunos de los os armadores y navieros, que están hoy en mejor posición, exhiben músculo haciendo y ejecutando ofertas de adquisición de navieras en un cierto grado de dificultad o sin unas perspectivas claras de desarrollo a medio plazo. No es necesario que demos nombres. Otros pasan disimulando por los caminos de la mar.
Pero los intereses, que siempre son espurios, hablan estos días de Yang Ming, que parece acumular pérdidas de 1.200 millones de dólares y no tiene, de momento, un 2017 brillante por delante. Operando 101 buques con aproximadamente 600.000 TEUs es una de las veinte empresas navieras de contenedores mayores del mundo. Pertenece hoy al consorcio CKYE (junto a Cosco, K-Line y Evergreen) y en abril de este año, como otros, comenzará a operar dentro del consorcio Alliance. Hasta aquí todo bien… y después parece que también. Sus accionistas y acreedores le dan las suficientes garantías para continuar en el mercado. ¿A quién interesa desprestigiar a Yang Ming? Esta podía ser la cuestión.
También se habla de OOCL de Hong Kong, como un “mirlo blanco” del negocio marítimo, y que está en el punto de mira de Cosco, CMA CGM y alguno más. Esta es la tendencia general, pocos armadores, muchos contenedores y servicios en manos de cada uno de ellos. ¿Calidad en el servicio? ¿Puntualidad? ¿Competitividad? Es lo que se debería tener en cuenta.
Fuente: NAUCHERglobal
http://www.naucher.com/es/actualidad/un-mercado-en-tension/_n:5882/
