LA VOZ.- El sector tiene 21 buques en una cartera de pedidos que supera los 1.000 millones

Hay un antes y un después en la construcción naval gallega, profundamente marcada por la crisis del tax lease, que dejó al sector fuera del mercado durante más de tres años, debido a unas acusaciones de ayudas de Estado y competencia desleal que el Tribunal Superior de Justicia Europeo acabó tirando por tierra.

Fue en diciembre del 2015, pero el daño ya estaba hecho y el sector ha tardado en levantar cabeza. El 2016 ha sido desigual, pero en el último trimestre el cambio de ciclo parece confirmarse ya que, por primera vez desde el 2011, todos los astilleros, públicos y privados, arrancarán con carga de trabajo.

El Ministerio de Industria reconoce 21 buques en cartera en los astilleros gallegos, por un valor aproximado de 1.000 millones de euros, frente a 31 unidades en el resto del sector en España. Lideran la industria gallega Armón Vigo, con cuatro buques contratados; seis en Cardama, y cuatro en Freire.

Además, destaca el potente arranque de actividad de Nodosa desde que hace dos años la empresa adquirió las instalaciones de la extinguida Factoría Naval de Marín. Especial importancia tienen también los contratos recién suscritos por las factorías Vulcano y Metalships (sendos buques), que rompen con más de cuatro años sin contratos de construcción nueva.

Vivos sin Pemex

A estas buenas noticias se suma el anuncio del presidente de Hijos de J. Barreras de la contratación de dos unidades que entrarán en vigor en este primer trimestre del año. Aunque hasta entonces es probable que el astillero participado por Pemex (51 % del capital) se vea obligado a hacer algún tipo de regulación de empleo, ya que desde que entregó el flotel Reforma Pemex, hace más de dos meses, no tiene carga de trabajo.

El sector público, con Navantia Ferrol, conocerá en el 2017 las dos caras de la misma moneda de la ocupación. Si bien con la entrega del flotel a Pemex (que podría ser en los próximos días) las plantas de la ría ferrolana volverán a experimentar un acusado bajón en la actividad, quedándose con un solo buque en ejecución, a lo largo de este ejercicio arrancará uno de los programas de mayor calado en años.

Se trata de la construcción de los dos buques de aprovisionamiento en combate para la Armada de Australia, cuyos primeros trabajos están fijados para el verano. Se abre así un período de dos años y medio en los que tendrán que estar listos los dos barcos logísticos y que harán que toda la rueda de los diferentes gremios vuelva a moverse en la antigua Bazán.

También para el verano está fijado el comienzo de los trabajos de fabricación de las 42 jackets que ha encargado Iberdrola a la alianza formada por Navantia y la asturiana Windar Renovables y que se llevarán a cabo en el astillero de Fene. Supondrán alrededor de 15 meses de faena, que realizan mayoritariamente las empresas auxiliares.

Viento a favor para Navantia

Mientras, únicamente queda en construcción el buque de acción marítima para la Marina española, que está ejecutándose en las instalaciones ferrolanas, y cinco estructuras para el primer parque eólico marino del mundo, que promueve Statoil en aguas escocesas, en la antigua Astano.

Navantia también tiene muchas expectativas puestas en que a principios de año se cierre el contrato pendiente solo de rúbrica con la Armada de Arabia Saudí para la fabricación de cinco corbetas (dos de las cuales se harían en la ría ferrolana) y en que este 2017 pueda darse además la orden de ejecución de las cinco fragatas F-110 para la Marina española, programa que también está previsto desarrollar en la Navantia gallega.

¿Estamos ante la recuperación definitiva del sector? Empresarios y sindicatos se muestran muy prudentes. «En el 2016, el sector naval mantuvo unos niveles de actividad y de empleo en mínimos históricos. El 2017 comienza con algunos indicadores positivos de recuperación», afirma Ramón Sarmiento, secretario general de Industria de CC. OO.

Aclara, sin embargo, el sindicalista que sigue siendo preocupante el bajo nivel de contratación de algunos astilleros, en su opinión, «debido a la falta de acierto en la estrategia comercial, la lentitud para responder a la ausencia de pedidos de la industria del petróleo, que todos los indicadores dicen que se va mantener, y a la incapacidad manifiesta del sector para generar sinergias comunes en la actividad comercial», asegura Sarmiento.

Empresarios cautos

Los empresarios son también cautos. «La situación actual de la industria naval gallega presenta unos números más optimistas que hace unos meses, pero todavía lejos de los mínimos niveles de actividad que deseamos los empresarios metalúrgicos para el sector naval», afirma Enrique Mallón, secretario general de la patronal gallega del metal (Asime).

La reflexión general, en opinión de Mallón, es que «la carga de trabajo en Galicia es la mínima para seguir contando con un sector naval y marítimo adecuado a las nuevas contrataciones que se reciban». «Hay expectativas. Confiamos en que el 2017 sea el año de la recuperación sostenible del sector y que el precio del petróleo, la financiación y la buena actuación comercial ayuden a fortalecerlo», afirma.

Fuente: LA VOZ
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/economia/2017/01/02/naval-gallego-entra-2017-carga-trabajo-astilleros/0003_201701G2P23995.htm

 

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