SUR. A lo largo de los siglos, el mar de Alborán se ha tragado barcos y hasta un puerto clave

puertomalaggaBarcos mercantes y fragatas yacen en la oscuridad del lecho marino como consecuencia de accidentes, mala mar o hechos bélicos acaecidos en las costas malagueñas desde tiempos remotos hasta nuestros días. Algunas de estas joyas subacuáticas han sido más o menos bien documentadas. Otras, la mayoría de ellas, guardan todavía sus secretos y ni siquiera han sido localizadas, a pesar de que han marcado hitos en la historia marítima de la provincia. Fuentes antiguas suman a este rico patrimonio sumergido un puerto de época medieval del que no se tiene rastro. Javier Noriega, arqueólogo, fundador de la empresa de arqueología subacuática Nerea, no sólo reclama mayor grado de difusión de los restos hundidos conocidos a través de un museo propio, sino también atención sobre todo lo que resta por investigar. «Hay muchas fuentes históricas que hablan de barcos, pero realmente a día de hoy no ha existido ninguna excavación en la provincia de Málaga sobre ningún pecio submarino. Casi todo está por investigar», afirma Noriega. De su mano nos adentramos en el mar de Alborán para saber algo más de esas estructuras perdidas o pendientes de excavar.

Época antigua: Pecio de Mezquitilla

Barco_fenicio_01yacimientos chorreraActualmente en España se pueden contar con los dedos de una mano las naves de época fenicia que hayan sido investigadas. El pecio de Mezquitilla, en la comarca de la Axarquía, espera su turno. Fue en la década de los ochenta cuando se pudieron documentar los restos del cargamento de un navío mercante de época púnica. En esta actuación arqueológica se recuperaron un total de cinco ánforas, todas ellas incompletas. A tenor de los datos que aporta la clasificación del material, el naufragio difícilmente tuvo lugar en fechas posteriores a la mitad o segundo tercio del s. VI a.c.

Poco más se sabe de esta nave considerada por los expertos como testimonio del tráfico costero del momento, salvo que se encuentra próxima a la costa, frente a los yacimientos de Morro de Mezquitilla y Chorreras, dos de los asentamientos fenicios más antiguos de la Península Ibérica. «Destacamos este pecio por su importancia científica y su antigüedad. Las fuentes que tenemos hablan de expolio, pero a día de hoy no sabemos en qué estado se encuentra», señala Noriega. «Presumiblemente -continúa- trasportaba mercancías, pero como no hemos podido excavarlo no sabemos su contenido comercial, tampoco si navegaba hacia Cádiz o si por el contrario lo hacía hacia el norte de África. En realidad, no sabemos nada de él porque está sin investigar».

Época medieval: El puerto de Bezmiliana

alidrisisDesde tiempos remotos los puertos han sido infraestructuras claves desde el punto de vista comercial, social e incluso religioso. Por los puertos entraba todo. Y en la antigüedad no había tantos, así que la existencia de uno tiene una importancia científica considerable. En el caso de la provincia, junto al puerto histórico de Málaga, que alcanzó una importancia extraordinaria durante el Reino Nazarí, las fuentes documentales hablan de la existencia del puerto de Bezmiliana, una infraestructura que nunca se ha encontrado.

La primera noticia sobre este puerto perdido la aporta al-Idrisis en el siglo XII. Este autor señala su emplazamiento entre Almería y Málaga, completando la información con datos muy interesantes referentes a la existencia de posadas, baños y almadrabas. Otra referencia datada entre el siglo XIII y XIV ofrecida por Abuldefa destaca a la fortaleza de Bezmiliana como una de las más importantes de la Cora de Málaga. Las noticias sobre Bezmiliana no volverán a aparecer hasta el último tercio del siglo XV. Algunos datos son recogidos por D. Diego de Valera en la ‘Crónica de los Reyes Católicos’ o, en la obra del Marqués de Cádiz.

A pesar de las numerosas excavaciones arqueológicas, la localización exacta del puerto de Bezmiliana sigue siendo una incógnita. Algunos expertos entienden que pudiera ser una zona donde las embarcaciones se avituallaban desde la playa.

Noriega indica, incluso, que su existencia podría estar tierra adentro, como consecuencia del avance del litoral que ha ido ganado metros al mar. Así ha pasado, recuerda el arqueólogo, con parte de la estructura portuaria de Málaga, que tenía que ocupar lo que hoy es la Alameda Principal y el Puerto del Estado y de cuya importancia han quedado testimonios. El experto apunta a la existencia de grabados del siglo XVI e incluso descripciones de época medieval que nos hablan de un puerto fortificado de gran importancia, donde las naves atravesaban las puertas para guarecerse en su interior.

Época Moderna: La batalla naval de Málaga de 1704

batalla_naval 1704Muy al contrario de lo que pueda pensarse, el mayor incidente bélico ocurrido frente a las costas de Málaga apenas dejó secuelas en los fondos marinos. La Batalla Naval de Málaga, rebautizada hace un par de años como Batalla Naval de Vélez-Málaga, a raíz de un estudio realizado por dos historiadores veleños, causó miles de bajas (se baraja una cifra total de 5.000 muertos entre ambos bandos), pero, paradójicamente, no hubo un significativo número de barcos hundidos. Y eso que en este hito naval, ocurrido en plena guerra de Sucesión española, se enfrentaron casi el doble de naves que en Trafalgar.

La contienda, que quedó en tablas, está fechada el 24 de agosto de 1704 y enfrentó a dos importantes flotas: una francesa con colaboración española y otra anglo-holandesa. Noriega subraya que según las fuentes, la nave capitaneada por el almirante holandés podría haber naufragado y posiblemente también una serie de barcos menores, pero no hubo muchos hundimientos. Entre otras cosas porque, a pesar de ser una contienda encarnizada, todavía la munición de los cañones no era explosiva.

Época contemporánea: Fragata de guerra Gneisenau

puerto-malagaEl hundimiento de la fragata de guerra Gneisenau es uno de los desastres navales más conocidos en Málaga, pero como en los casos anteriores se desconoce dónde se encuentra el pecio cuyo hundimiento le valió a la ciudad el título de ‘Muy Hospitalaria’, que figura en su escudo, y el regalo por parte de Alemania de un puente tras la riada acontecida en 1907 al que se le conoce como Puente de los Alemanes.

El buque escuela Gneisenau entró a formar parte del cementerio marino malagueño el 16 de diciembre de 1900. Con un peso de 2.843 toneladas, 470 tripulantes y 14 cañones, mandada por el comandante Kretschmann, zozobró en medio de un temporal. Lo curioso es que la tempestad no debía de haberle causado mayores problemas a la fragata alemana que se encontraba fondeada fuera del puerto de Málaga a la espera de recoger a un diplomático. El día anterior al hundimiento las autoridades de Marina recomendaron al capitán del buque la conveniencia de atracar en el interior del puerto debido a la inminente llegada de un fuerte temporal de sureste. La recomendación fue ignorada y el mar dio una lección a la soberbia militar letona. 70 tripulantes perecieron y también muchos malagueños que se echaron a sus jábegas para salvarlos de la tragedia.

Obras recientes acometidas en el dique de levante, zona donde naufragó la fragata, obligaron al puerto a cumplir con la normativa para la protección del patrimonio submarino, iniciándose una investigación liderada por Nerea en busca de los restos del Gneisenau. Tras el estudio documental y el rastreo in situ, los investigadores concluyeron que las sucesivas obras del puerto a lo largo del siglo XX, especialmente en la primera mitad, modificaron sustancialmente la fisonomía de la zona. Es posibles que los restos de la fragata estén enterrados debajo de la escollera o que incluso se dinamitasen para eliminar un potencial peligro para la navegación dentro del puerto. Por ahora su paradero, al igual que el de otros muchos barcos en la costa malagueña, seguirá siendo un misterio de las profundidades.

Fuente: SUR
http://www.diariosur.es/malaga-capital/201606/03/puerto-barcos-perdidos-provincia-20160603195701.html

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