El contrato, cuyo montante no ha sido revelado por el , representa un hito para los astilleros de las rías de Vigo y Pontevedra porque hacía una década que no se construía un barco arrastrero para la flota gallega en Malvinas, cuya antigüedad media supera ampliamente los treinta años (el último arrastrero hecho en Vigo fue el Playa Pesmar Dos, en Freire, y en Marín, el Río Caxil, en 2005). Desde la factoría naval consideran el pedido como un “paso esperanzador” de cara a la renovación de esta escuadra pesquera, compuesta por más de una veintena de buques. En los últimos años, armadores de sociedades mixtas han reclamado en numerosas ocasiones subvenciones y financiación para renovar la flota que opera en este y otros caladeros de terceros países, hasta la fecha sin éxito.
En 2011 incluso se había firmado un acuerdo entre Aclunaga (el clúster del naval gallego) y cuatro astilleros (Nodosa, Freire, Armón Vigo y Valiña) para construir siete buques prototipo para caladeros americanos (Malvinas, Chile, Argentina, etc.) y africanos (Namibia, Sudáfrica, etc.), un proyecto liderado por Acemix, la Asociación de Empresas Comunitarias en Sociedades Mixtas de Pesca, en la que participan unas 40 firmas con más de setenta barcos que capturan más de 200.000 toneladas al año y proporcionan empleo directo a 5.210 personas. Esta iniciativa no llegó a cuajar por falta de financiación.
Cartera de pedidos
La cartera de pedidos de Nodosa se completa con un arrastrero de 28,7 metros de eslora para el grupo Osprey, propiedad de la familia de armadores holandeses De Boer; un palangrero de 60 metros de eslora también para Malvinas, y un remolcador de 70 toneladas de tiro para un operador nacional, todos ya en construcción. El grupo Nodosa, propiedad de las familias Novas y Dopico, distribuye su actividad entre sus filiales industrial y naval. En el negocio naval, el centro logístico de Bueu realiza todas las tareas de prefabricación de los buques (corte de chapa, fabricación de los bloques, etc.), mientras que en Marín posee tras la integración a principios del año pasado de las antiguas instalaciones de Factoría Naval una concesión marítimo terrestre de cerca de 40.000 metros cuadrados (entre terrenos y lámina de agua) y parte de una nave en el muelle de reparaciones del Puerto.
Este astillero siempre ha estado vinculado a la pesca, construyendo pesqueros y buques de apoyo para la acuicultura (bateeiros, etc.), aunque desde 2005 y hasta el año pasado, por la falta de subvenciones y ayudas a la renovación de las flotas, la factoría marinense se había dedicado a otros barcos como los remolcadores y las ecodragas, segmento este último en el que ya es una referencia internacional.
(Fuente: www.asime.es)