Según una proyección del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), el nivel de los océanos subió 19 centímetros entre 1901 y 2010. De aquí a 2100 se espera que suba entre 26 y 82 centímetros respecto a finales del siglo XX. En ese sentido, los deltas, que suelen ser zonas económicas ricas a nivel medioambiental y en las que vive el 10% de la población mundial, según el instituto Alliance delta, se encuentran en primera línea.
Unas 2500 empresas holandesas operan en el sector del agua, y suman un volumen de negocio anual de 17.000 millones de euros, según Lennart Silvis, director de la Asociación Holandesa del Agua. Empresas de dragado, institutos de investigación y asesorías trabajan así sobre el acceso al agua o su saneamiento.
Tras el devastador paso del huracán Katrina en 2005 por Luisiana, Holanda participó en la reconstrucción de los diques y barreras de la ciudad de Nueva Orleans.
En el Sudeste Asiático, donde suele haber inundaciones con muchos muertos, Holanda participa en planes urbanísticos a largo plazo, en particular en Yakarta y en el delta del Mekong. El saber hacer holandés en esta materia no se limita a proteger frente a posibles inundaciones. Empresas de este país europeo han trabajado en la restauración de zonas húmedas en Kenia y Uganda, y en la construcción de plataformas flotantes en Filipinas. También hay lugar para excentricidades como las islas en forma de palmeras de Dubai.