REVISTA DEL SECTOR MARÍTIMO. INGENIERÍA NAVAL. En un principio, el gobierno australiano, pensaba adjudicar a Mitsubishi Heavy Industries la construcción de los nuevos submarinos para la Royal Australian Navy, sin embargo, la presión de la oposición del gobierno y de los astilleros australianos (quienes han recibido grandes críticas por el sobrecoste y los retrasos en la construcción de los destructores AWD) obligó al gobierno a abrir un proceso de selección.

El programa australiano SEA 1000 incluye el reemplazo de los seis submarinos de la clase Collins que están en servicio con hasta 12 nuevas unidades más modernas y que entrarán en servicio a lo largo de la década de 2020.
Entre los factores clave en el proceso de evaluación están: el rendimiento de los submarinos, incluyendo el sigilo y la autonomía submarina; la integración de un sistema de combate estadounidense; y la sostenibilidad local, incluyendo el mantenimiento de unos 50 años.

De los países que presentaron sus opciones, como por ejemplo la sueca Saab o la española Navantia, Alemania, Francia y Japón son los que más probabilidades tienen. El ganador se anunciará a mediados de 2016.

El Consejo de Seguridad de Japón ya aprobó la participación de las empresas japonesas en este concurso. La candidatura conjunta de Mitsubishi y Kawasaki propone la versión del submarino de propulsión convencional clase Soryu (de 4.200 t).

La filial francesa de DCNS (DCNS Australia) ha propuesto una versión diésel-eléctrico del submarino nuclear Barracuda, el Shortfin Barracuda (5.000 t), valorado en 34.000 M€.

Por su parte, la alemana ThyssenKrupp Marine Systems (TKMS), quien ha recibido el apoyo de a canciller Merkel, presenta el Tipo 216 de 4.000 t, valorado en poco más de 46.000 M€.

Tanto la empresa alemana como la francesa intentarán construir estas unidades en Australia, lo que ha obligado a los japoneses a considerar también esta opción.
http://www.sectormaritimo.com/LISTA/detalle.asp?apt=58&id_contenido=1600

 

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