El cielo no puede esperar. Y sino que se lo digan a San Simón Stock. Según la tradición, cuando la Virgen del Carmen se le apareció, le prometió liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario, justo el sábado siguiente a la muerte de la persona. Pero ayer era un día especial y por los que estaban y por los que ya no, el cielo podía esperar. Tanto como para unirse con la tierra y el mar en una jornada donde las procesiones surcaron la Bahía en honor a la Reina del Carmelo. Y es que, la Patrona de los marineros renovó su voto en la jornada de ayer casi como si, por un día, fuera ella la que devolvía tanta promesa, rezo y devoción atesorado en un año. Por eso, salió al encuentro con las gentes de la mar y sus devotos en procesiones marítimas y de alabanzas que se vivieron en todos los puntos de la Bahía y la provincia. La costa (como fue el caso de San Fernando, Chiclana, El Puerto, Sanlúcar o Barbate) se llenó de paseos en barco, con centenares de embarcaciones acompañando a la comitiva, para deleite de turistas y visitantes que no se perdían el espectáculo cámara en ristre. Por su parte, en el interior, de Jerez a la Sierra también rindieron tributo a la Reina del Carmelo, patrona de diversas localidades.
Cádiz prendada en la Alameda
La capital no tiene procesión marítima, ni falta que le hace. En su lugar, un templo tan americano como gaditano, mira a la Bahía en la conjunción perfecta de lo que se supone que debe ser la sede de la Virgen del Carmen. Y allí estaba ella, fiel a su cita, cuando el reloj pasaba de las 20.30 horas. El sol aún pegaba fuerte, con un calor implacable, cuando el bello palio blanco se asomaba al dintel de mármol. Blanco y oro, plata y marrón, rodeaban a la talla del siglo XVII, bellamente engalanada. Con su terno de salida y el pecho cuajado de joyas, medallas y promesas y en un palio exornado con nardos y gladiolos; la Señora del Mentidero inició su caminar. No hubo calor suficiente que frenara el empuje de una cuadrilla dirigida con gusto por Manuel Ruiz-Gené. Y es que la cofradía supo poner en la calle un cuidado cortejo, de la Cruz de guía a un palio bien llevado y con marchas alegres y clásicas.
Los primeros instantes de emoción se vivieron en el interior del propio templo, cuando la banda de La Oliva de Salteras interpretó la Salve. No fue difícil encontrar algún rostro emocionado y bañado en lágrimas. En la mente, los que ya no estaban, esos mismos que se encomendaron al escapulario carmelita. En la calle, más estampas de familias, niños y personas mayores que se estremecían mientras sonaba ‘Coronación de la Macarena’. La cuadrilla resolvía con soltura el caminar por la Alameda, donde el palio parecía acariciar los ramos de los árboles. Por delante, quedaban horas de recorrido y de nuevos momentos, como el paso de la hermandad por la plaza de San Francisco, punto nuevo del caminar. Más emoción le esperaba a la Señora al regreso a su barrio, el Mentidero. Tanto, que en la calle Veedor, banderolas y gallardetes esperaban a la Virgen del Carmen que llegaría cercana a la madrugada.
San Fernando, con su Patrona
Jornada intensa en San Fernando con la celebración del Día del Carmen, patrona de la ciudad y también de la Armada, que tiene una vinculación especial con la ciudad. Temprano comenzó la jornada con un rosario de Aurora desde la residencia de Cruz Roja hasta el templo de la Iglesia Mayor, donde tras la eucaristía la imagen realizó una procesión de regreso.
Mientras tanto en el panteón de Marinos Ilustres de San Fernando se llevó a cabo la solemne misa para la conmemoración de este día con los posteriores homenajes a los caídos en el patio de la Escuela de Suboficiales. Una tradición que mantiene viva la Armada.
Por la tarde se vivieron los actos más populares aquellos de mayor devoción. A las cuatro de la tarde la Virgen del Carmen de Gallineras embarcaba del club náutico para poner dirección hacia el pantalán de La Magdalena y hacer su travesía por el caño de Sancti Petri para visitar el recinto ferial. Es uno de los actos que más llama la atención y la calor no impidió que se viviera con devoción.
Más concurrido fue la otra salida procesional, la de la hermandad del Carmen Coronada, ya que su imagen tras 38 años saliendo en octubre volvía a hacerlo en su festividad recorriendo las calles desde las ocho de la tarde hasta la medianoche. Estampas especiales que completaron un día especial para los isleños que volvieron a mostrar su fe y homenajear a su patrona.
El Puerto, de centenario
La festividad de Nuestra Señora del Carmen en El Puerto de Santa María tuvo ayer su culminación con la imagen de la Reina del Carmelo recorriendo las calles y la bahía portuense, ya que en la localidad cuenta con dos salidas procesionales, una marinera y otra terrestre, ambas conmemorando el centenario de la llegada de la hermandad al convento de las madres concepcionistas. La primera de ellas comenzó a primera hora de la mañana con el traslado de la imagen carmelitana a la parroquia del Carmen y San Marcos para el tradicional besamanos y su posterior embarque en el Club Náutico para surcar la Bahía de Cádiz. Tras una breve parada en Puerto Sherry, para la celebración de un breve acto, la imagen continuó su peregrinar hasta el muelle de catamaranes donde desembarcó.
La segunda cita carmelitana estuvo en la puerta del convento de las madres concepcionistas porque a la hora prevista partía la procesión votiva con la venerada imagen de la Virgen del Carmen. Rodeada de un gran número de fieles y devotos, la imagen de la Reina del Mar recorrió su itinerario compuesto por diversas calles del casco antiguo de la ciudad portuense.
El paso, que cobija a la talla de la Virgen, fue mandado por Jacob Romero y José Luis Ariza, llevando detrás el acompañamiento musical de la Banda del Maestro Dueñas, de El Puerto de Santa María. La comitiva religiosa llegó a su recogida sobre la medianoche.
Chiclana, por mar y tierra
¿Cuántas vidas se quedaron prendadas en ese encantado lugar? ¿Cuántas familias recuerdan, aunque ya de lejos, su pasado en ese poblado hoy decadente? Chiclana celebró ayer la festividad de la Virgen del Carmen recordando a todos los chiclaneros e informando a los foráneos lo importante que, en el pasado, fue su Poblado de Sancti Petri. De hecho, la Virgen del Carmen marinera llegó hasta el antiguo poblado durante la mañana en una romería más íntima. Distinto era contemplar esa misma imagen ya entronizada en la proa de la embarcación, justo antes de partir desde el Puerto de Sancti Petri. Centenares de chiclaneros y algún visitante atraído por las recomendaciones, contemplaban la salida de la Señora. En el mar, decenas de embarcaciones dispuestas a acompañar a la procesión marítima por el caño de Sancti Petri y las inmediaciones de la costa de la localidad. Un espectáculo que ni el intenso calor pudo aguar.
Pero aún quedaba más, ya en el centro. Desde La Banda, Chiclana revivió más devoción y fervor, ahora ya, por tierra. La parroquia de San Sebastián acogió la salida de la Virgen del Carmen para protagonizar una salida por las calles del centro y de La Banda. La imagen del siglo XVIII lució bellamente exornada en un recorrido que también contó con la presencia de muchas personas que coparon las aceras para contemplar el cortejo. La tarde caía y con ella el día de la Virgen marinera iba llegando a su fin. En Chiclana, Cádiz o El Puerto, las procesiones de alabanzas iban completando sus recorridos, mientras que las marítimas concluían antes de la llegada del ocaso. Para las salidas por tierra, aún quedaba un rato más, había que apurar hasta la madrugada. A fin de cuentas, no todos los días cielo, mar y tierra se unen en una conjunción tan perfecta.
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