Nuestros océanos necesitan una reducción sustancial e inmediata de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero. De lo contrario veremos un impacto irreversible y de gran alcance en los ecosistemas marinos, que se sentirá especialmente en los países desarrollados. Esa es la conclusión tras un nuevo estudio publicado en la revista Science, elaborado por un equipo de investigadores de la iniciativa Ocean 2015 que evalúa los resultados más recientes sobre los riesgos del cambio climático para los océanos, y demuestra como los ecosistemas marinos van a cambiar si los humanos seguimos produciendo la misma cantidad de gases.
Desde la era preindustrial la concentración de CO2 en la atmósfera ha aumentado de 278 a 400 ppm, un incremento del 40% que ha supuesto cambios masivos en los océanos. “Hasta la fecha los océanos han sido esencialmente el refrigerador del planeta, y el almacén de CO2. Desde los años 70 han estado absorbiendo un 93% del calor adicional producido por los efectos de gases invernadero, ayudando a disminuir la temperatura del planeta. “según explica el profesor Hans-Otto Pörtner, co-autor del nuevo estudio Ocean 2015 e investigador en el Instituto Alfred Wegener, del Centro de Investigación Polar y Marina (Helmholtz Centre for Polar and Marine Research).
El Instituto Alfred Wegener es un centro que lleva a cabo investigaciones en el Ártico, Antártico y en latitudes templadas, coordina investigaciones en Alemania y proporciona el equipo necesario e infraestructuras para expediciones polares.
Los océanos han pagado un alto precio, ya que a 700 m de profundidad la temperatura del agua ha aumentado, forzando a algunas especies a emigrar 400 km, acercándose a los polos durante la última década. Dada la creciente acidificación en muchas regiones, es cada vez más difícil para corales y bivalvos formar sus esqueletos de carbonato cálcico. En Groenlandia y el Ártico occidental, el hielo se deshace a una velocidad alarmante contribuyendo al aumento del nivel del mar. Como resultado de estos factores, los procesos biológicos, físicos y químicos de los ecosistemas marinos están cambiando, lo cual tendrá grandes consecuencias tanto para la vida marina como para la humana.
En su nuevo estudio, el equipo de investigación emplea dos escenarios diferentes según la cantidad de emisiones: 1) el objetivo de alcanzar una disminución de 2ºC, y 2) el status quo, es decir seguir con la situación actual sin interceder. El objetivo del estudio de ambos escenarios es recabar los principales hallazgos del quinto informe de evaluación del IPPC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático) y las últimas publicaciones profesionales, y evaluar aquellos resultados referentes al riesgo de nuestros océanos.
Si podemos limitar el aumento de la temperatura del aire a 2ºC para el año 2100, los riesgos, especialmente para corales de aguas cálidas y bivalvos de latitudes medias y bajas, serán críticos, pero el resto de riesgos permanecerán bastante moderados. Pero para alcanzar esta situación ideal sería necesario una rápida reducción global de las emisiones de CO2.
Si por el contrario el nivel de emisiones permanece en su nivel actual de 36.000 millones de toneladas al año (nivel del 2013), la situación se agravará considerablemente, y para finales de este siglo el daño provocado en el ecosistema marino será irreparable, teniendo impactos masivos en todas las áreas en las que los humanos utilizan los océanos (pesca, turismo, protección costera).
Además, los investigadores apuntan que con cada aumento de la concentración de CO2 en la atmósfera, las posibilidades de proteger, adaptar y regenerar los océanos disminuyen.
Fuente: Alfred Wegener Institute
http://www.sectormaritimo.com/LISTA/detalle.asp?apt=58&id_contenido=1420