DIARIO DE CÁDIZ. La tripulación y los operarios extranjeros que vienen en los buques de turistas que se reparan en Navantia-Cádiz repercuten positivamente en los comercios del barrio de Astilleros.

Más que la reciente apertura de la rotonda el segundo puente o la ligerísima recuperación económica, a los comerciantes del barrio de Astilleros, principalmente hosteleros, les está viniendo de perlas la reparación de cruceros en la vecina Navantia. La plantilla de operarios y tripulantes de estos buques aprovecha la cercanía del barrio para dejar dinero en sus bares y tiendas de frutos secos. Es lo que está ocurriendo ahora mientras se repara el ‘Allure of the Seas’, el crucero más grande del mundo, de la compañía Royal Caribbean Cruises Ltd., que firmó en abril con Navantia-Cádiz un acuerdo para que sus barcos sean reparados en el astillero de la capital hasta el año 2017. Si los comercios del centro se benefician de los cruceros cargados de turistas, los del joven barrio de extramuros anhelan que la carga de trabajo en cuanto a reparaciones sea constante.

 

El personal de mantenimiento se ha hecho familiar en el barrio y sus establecimientos. Hasta el punto que Tamara Rodríguez, propietaria de Frutos Secos La Bahía, en la calle Emilio Castelar, guarda un cuaderno con palabras en polaco traducidas al español. Es la mejor manera de adaptarse a una clientela que, en el caso del citado barco, procede fundamentalmente de Polonia. Polacos, sobre todo, y filipinos, son los que cada noche paran en el asador de pollos Nico, que regenta Nico Cruz también en Emilio Castelar. “Se han hecho clientes fijos, los polacos con sus litronas y hamburguesas. Los filipinos prefieren pollo. Hay cada noche entre ocho y diez fijos y hasta 15 y 20 que van y vienen”, cuenta Nico. Porque en este asador y en la tienda de frutos secos se pertrechan de bebidas y alimentos que muchos consumen en la zona del parque José Celestino Mutis más cercana a la piscina municipal. “Lo dejan todo recogido cuando acaban. No hay problemas con eso”, apunta Tamara. “No han dado nunca problemas”, señala Nico Cruz. En el parque también consumen lo que compran en Hipercor. En el mismo centro comercial adquieren regalos para sus familias para cuando regresen a casa.

 

“El del banco, cuando voy a cambiar dinero, me dice que está notando este movimiento en la zona. Por mí que vinieran todo el año”, dice Tamara Rodríguez. En la tienda de frutos secos los polacos “arrasan con las pipas”. Algunos ya han venido varias veces y repiten en este negocio. Como muestra de la confianza, Tamara muestra billetes de curso legal polacos firmados por los clientes como recuerdo.

 

En el Bar Grimaldi contabilizan las ventajas de tener tan cerca un crucero en reparación. “El mes pasado hicimos casi 1.500 euros más de ventas”, destaca Gabriel Gimaldi, uno de los propietarios. Los técnicos, con mayor poder adquisitivo, dejan más dividendos que los operarios. En la terraza del bar se sientan cada noche para consumir más de una cerveza, cuya ingesta, por contra, “jamás nos ha causado problema alguno”. Justo enfrente, los trabajadores dibujan una estampa habitual cuando estos buques son reparados en los astilleros de Cádiz: en la parada de autobús o en los poyetes de los escaparates de El Corte Inglés se alinean con sus dispositivos móviles y ordenadores aprovechando la conexión wifi gratuita de la zona.

 

Los comerciantes coinciden en que lo ideal sería que hubiera un acceso directo desde Navantia al barrio. Los tripulantes y operarios salen por la puerta de Astilleros, en la mitad de la carretera industrial, y de allí muchos se desplazan al barrio cada noche. Para facilitarles los desplazamientos, Radio Taxi coloca una parada en la puerta cada vez que se repara un crucero. El secretario de este colectivo, José Manuel Fernández, apunta que esto se hace “para que el cliente no tenga que desplazarse a la parada más próxima ni llamar por teléfono”. Fernández lo tiene claro: “Cuando hay faena en Navantia lo notamos mucho. Ojalá viniera uno todos los meses. Es una gran noticia que Navantia se especialice en la reparación de cruceros”.

 

Los dos últimos cruceros reparados en Cádiz, el ‘Explorer’ y el ‘Allure of the Seas’, ambos de Royal Caribbean, también han dado empleo a gaditanos. Se trabaja en dos turnos: de 7.00 a 19.00 y de 19.00 a 7.00. El segundo, que se irá a final de esta semana, trae 1.500 trabajadores y 2.000 personas de tripulación, la mayoría extranjeros.

 

http://www.diariodecadiz.es/article/cadiz/2027189/cruceros/como/agua/mayo.html

 

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