Los ministros de Pesca de la Unión Europea acordaron ayer su posición negociadora frente al Parlamento Europeo para un plan de pesca plurianual en el mar Báltico, pese a las reservas de España y Francia que rechazaron codecidir con los eurodiputados algunos elementos del plan que afectan a las cuotas de pesca y que consideran de competencia exclusiva de los 28.
España y Francia son los únicos países que no han apoyado el consenso alcanzado, si bien han preferido abstenerse y no votar en contra del acuerdo, a cambio de una declaración del Consejo que establece que este plan es “específico” para el Báltico y “en ningún caso supone un precedente”, según explicaron fuentes europeas.
También se enmendó la propuesta inicial para que el plan de gestión del Báltico -previsto para un periodo de seis años para la pesca de bacalao, espadín y arenque-, sea revisado tras los primeros tres años de aplicación, un cambio que también han promovido las delegaciones española y francesa.
El comisario de Pesca, Karmenu Vella, anunció el acuerdo en una rueda de prensa tras varias horas de negociación y celebró que las “dificultades jurídicas” planteadas por algunos países no hayan frenado los avances para este plan.
La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, había explicado a su llegada a la reunión que España no quería “bloquear” este plan, pero que era partidaria de “dejar aparcados aspectos” que tienen que ver con las competencias del Consejo.
Recordó que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea está estudiando el conflicto entre los 28 y el Parlamento Europeo respecto a los poderes de cada institución en otro plan pesquero, para el bacalao del norte. Estas diferencias mantienen bloqueados otros planes de interés para España, como la gestión de la anchoa y del jurel.
Tejerina subrayó que la posición de España tiene que ver con la base jurídica del plan de gestión y que en ningún caso compromete los esfuerzos por proteger la sostenibilidad de la pesca europea. En el curso del debate público de los ministros, junto a España se han posicionado en contra de la posición de negociación Francia, Grecia y Portugal; mientras que otros países que en un principio sí apoyaban este bando y podrían haber facilitado una minoría de bloqueo, como Italia e Irlanda, se han mostrado menos tajantes.
