«Las pruebas han sido un éxito. En el Canal de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo, que es donde se realizaron la pasada semana, nos han felicitado». Javier Touza, presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi), no oculta su satisfacción por los resultados del examen al que se ha sometido el prototipo a escala 1/25 del denominado arrastrero del futuro. Es una satisfacción por partida doble, ya que el líder del consorcio de empresas y entidades que está detrás del proyecto, incluida Arvi, es la armadora Chymar, de la que Touza es consejero delegado.
Explica que la respuesta del prototipo, de 3,77 metros de eslora, sometido a la simulación de las condiciones específicas de pesca en al Atlántico suroccidental, fue igual de buena tanto en el tanque de aguas tranquilas como en el de oleaje. «Soportó perfectamente olas de hasta seis metros, fuertes vientos, corrientes…, lo que demuestra que el diseño es óptimo», afirma Touza. Y sobre todo, añade, demostró el buen comportamiento de una pieza fundamental, la hélice, que no generó cavitaciones.
La solvencia del Canal de Experiencias de El Pardo es internacionalmente conocida, hasta el punto que está recurriendo a sus instalaciones la Armada de EE. UU.
El arrastrero será sometido a un segundo examen para comprobar su comportamiento con el aparejo desplegado. En este caso, se hará en un centro de Dinamarca especializado en pruebas con redes.
Los socios de la iniciativa han pedido una prórroga para poder realizar una segunda parte no menos importante que el diseño de las nuevas soluciones tecnológicas: el estudio de viabilidad económica. «Pretendemos hacer un armazón financiero porque lo que no queremos es que el proyecto termine cogiendo polvo en un cajón», dice Touza.
El objetivo es que todo este listo para poder encargar la construcción de la primera unidad a partir del 2016. Los armadores reconocen que la mayor parte de la flota de gran altura está obsoleta, cuya antigüedad media supera los 30 años. «La planificación de Chymar a corto plazo prevé contar con un barco de estas características. Por eso no dudamos no solo en embarcarnos en el proyecto, sino en liderarlo. Lo que hay que buscar es un encaje económico al plan de negocio», concluye.
Javier Touza: «No hay nada similar en el mundo»
Si Aralfutur cuaja, las flotas de gran altura de arrastre de todos los países tendrán que volver sus ojos a Galicia a la hora de renovarse. «No hay nada similar en el mundo», dice el presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo, Javier Touza, que subraya que se trata de un diseño adaptado a un tipo de caladero y a un tipo de pesquería, centrado especialmente en los cefalópodos.
Añade que, con Aralfutur, Galicia volverá a situarse a la cabeza de la eficacia mundial. Las mejoras introducidas con respecto a lo que ahora hay son notables en todos los aspectos, desde la eficiencia energética a la seguridad, pasando por la optimización de las tareas de procesado a bordo o el control automático del aparejo. En materia de eficiencia energética, además de modificar las formas del casco y la hélice, se ha mejorado el comportamiento de la planta eléctrica, para lo cual se ha simulado el funcionamiento de los sistemas de generación, distribución y consumo. Y yendo un punto más lejos, se ha desarrollado un prototipo a escala de una máquina eléctrica rotativa de imanes permanentes.
Control de las redes
Para mejorar la eficacia en las tareas de pesca, se ha diseñado un sistema de control automático de las redes. Se persigue reducir el peso y las inercias del aparejo, lo que exige una menor demanda de potencia y que el patrón controle las maquinillas de arrastre. En materia de seguridad, Aralfutur ha incorporado un sistema automático para la estabilización del buque. «No hay sistema que no haya sido revisado con el fin de adaptarlo a las exigencias del siglo XXI», dice Touza. Ese todo incluye reducción de gases, ergonomía de cada puesto de trabajo, sistemas de congelación y procesamiento de pescado….
Once socios y 2,2 millones
Aralfutur cuenta con un presupuesto de 2,2 millones, de los que la mitad los pone la UE a través del programa Innterconecta de la Xunta de Galicia y la otra mitad los once socios de la iniciativa. Estos son -junto a empresa armadora Chymar, que lidera el proyecto-, la Cooperativa de Armadores de Vigo, los centros tecnológicos CTAG y Cetmar, las universidades de Vigo y A Coruña y las empresas Vicus (especializada en desarrollos tecnológicos y eficiencia energética), Kinarca (instalaciones frigoríficas), Optimar (procesamiento de pescado), Ibercisa (maquinaria) y Carceller (ingeniería naval).
La mayoría de los buques de gran altura de la flota gallega se construyeron en los años 80. Los armadores son conscientes de que ha llegado el momento de acometer su renovación «sí o sí». Integrada a día de hoy por 227 arrastreros, 185 pertenecen a sociedades mixtas. Generan una cifra de negocio que supera los 700 millones de euros y proporcionan unos 2.600 empleos tanto directos como indirectos. Con Aralfutur, los armadores quieren recuperar la posición de liderazgo que un día tuvieron. En el último medio siglo la flota española pasó de realizar el 3 % de las capturas mundiales al 1 %.
