Rafael Rodríguez Valero, profesor de la Escuela Técnica Superior de Náutica y Máquinas de La Coruña antes de su nombramiento como autoridad marítima española, entendió desde el primer momento la importancia del sector náutico y la necesidad de regularlo como un ámbito diferenciado de la marina mercante. Afrontando con decisión las resistencias de todo tipo a admitir que los barcos de recreo no pueden contemplarse desde el convenio internacional para la seguridad de la vida humana en la mar (SOLAS), puesto que sus reglas, salvo contadas excepciones, están pensadas para buques mercantes mayores de 500 GT, Rodríguez Valero ha impulsado cambios normativos tan importantes como el que abrió la puerta al reconocimiento de determinadas competencias profesionales a los titulados náutico-deportivos.
Profundizando en esa línea, el subdirector general, Víctor Jimenez anunció en el congreso la elaboración de una norma que permitirá a los titulados náuticos realizar algunos trabajos en el ámbito de las aguas portuarias.
El éxito de este tercer congreso náutico ha puesto en evidencia la consolidación de ANEN como representante patronal del sector e interlocutor imprescindible para las Administraciones públicas con atribuciones o competencias sobre la actividad de las empresas náuticas, y ha reforzado el papel ejecutivo de su presidente, Carlos Sanlorenzo, cuya profesionalidad y buen hacer gozan de reconocimiento unánime.