La rebaja no vulnera la ley de competencia europea y afecta directamente al impuesto de sociedades de las empresas que participan en la operación. Se trata del Tax Lease, una operación que consiste en reducir ampliamente los impuestos a pagar.
Las dificultades de Navantia para acceder al mercado de gaseros y petroleros, dominado por los astilleros asiáticos, ha obligado a la compañía a cambiar de estrategia y buscar alianzas o acuerdos de colaboración, precisamente, con sus principales competidores. Este modelo de gestión se practica con éxito en Europa y Estados Unidos.
La empresa española lleva más de un año detrás de un contrato para construir cuatro petroleros de la serie Suezmax, que podría ampliarse en dos unidades más. El nombre del cliente no ha trascendido, aunque todo apunta a que detrás de la operación pueda estar Repsol, que reconoció en 2014 sus necesidades de flota para transportar crudo.
La negociación está en manos de un armador, que se encargará finalmente de decidir dónde y cuándo se construirán estos barcos en función de la oferta más atractiva. Este armador será quien alquile a través de la fórmula del leasing la flota. Lavozdigital.es ha podido saber que el Gobierno de la nación ha facilitado el camino a Navantia con importantes rebajas.
La operación que está sobre la mesa tiene varias aristas. Una de ellas y quizás la más importante pasa por la colaboración entre Navantia y el astillero coreano de Daewoo. La empresa española participaría en este contrato solo como mano de obra, ya que la tecnología y los bienes de equipo necesarios los aportaría el astillero asiático a bajo precio. Los grandes astilleros asiáticos fabrican anualmente varias unidades de un mismo tipo de barco, por lo que cuentan con acuerdos de compra de materiales a precios más ventajosos que aquellos que solo construyen un buque.
No hay que olvidar que una de las máximas del nuevo plan estratégico o de viabilidad 2014-2018 de la compañía española pasa por una reducción en los costes de producción. Distintas fuentes consultadas coinciden en destacar la rentabilidad de esta alianza. No hay que olvidar que los petroleros que se solicitan son tanqueros, es decir, no requieren de una alta tecnología como los gaseros.
Corea y Japón son líderes indiscutibles en la producción de estos barcos, sin embargo, delegan en China la construcción de algunas unidades. La oferta de Navantia podría ser tan atractiva que resultaría ventajoso para los intereses del astillero coreano trasladar parte de su producción a las plantas españolas. La construcción de los cuatro barcos, en caso de que el contrato sea para Navantia, se llevaría a cabo en la planta gallega de Fene y en la de Puerto Real. El plazo de construcción de estos barcos es muy ajustado: cuatro años.
Negociaciones del quinto gasero
El modelo de petrolero que se requiere en este contrato es el de la serie Suezmax, que tiene un diseño específico para navegar por el canal de Suez, en Egipto. Son barcos de doble casco con capacidad para transportar entre 125.000 y 200.000 toneladas. De hecho, el canal de Suez es uno de los puntos estratégicos del planeta para el transporte de petróleo. Unos 18.000 barcos cruzan cada año los 163 kilómetros de canal que separan el mar Mediterráneo del mar Rojo.
LA VOZ ha adelantado parte del contenido de este acuerdo que, según la propia Navantia, puede firmarse en breve. En paralelo al contrato de los petroleros siguen las negociaciones con Gas Natural y el armador Knutsen para cerrar el encargo de un quinto gasero.
Los astilleros españoles abandonaron la construcción de petroleros y gaseros en la década de los ochenta y noventa en favor de la industria militar y obligados también por las restricciones impuestas por Europa a España a la construcción civil. Esta decisión permitió a los astilleros asiáticos desarrollar la tecnología, especialmente en el caso de los buques metaneros, y convertirse en líderes mundiales de este negocio.
De hecho, uno de los mayores varapalos que ha recibido Navantia tuvo lugar en 2013 cuando los armadores de Gas Natural decidieron adjudicar a los astilleros japoneses y coreanos la construcción de cuatro gaseros de última generación. La medida provocó un conflicto de intereses, ya que la empresa que tomó la decisión de llevarse la carga de trabajo fuera de su país era, precisamente, española. La situación se pudo enmendar a lo largo de 2014 cuando Gas Natural decidió adelantar sus planes de inversión y solicitar un quinto barco para cubrir sus necesidades. Este quinto barco se adjudicará a Navantia y se construirá en Puerto Real.
Los astilleros españoles, aunque cuentan con tecnología suficiente para desarrollar estos barcos, ha necesitado meses para su puesta al día y presentar una oferta técnica y económica competitiva sobre el quinto gasero.