«Esta es una buena noticia para el sector del gas», según Antoni Peris, presidente de la Asociación Española del Gas, Sedigas, quien destaca «la nueva oportunidad que se le abre a la industria del gas, a la vez que supone un nuevo punto de desarrollo para la economía del país».
Según Peris, «no debemos olvidar que el gas aporta un 0,5% del PIB y da empleo a más de 150.000 trabajadores, directos e indirectos». Con esta nueva medida, en opinión del presidente de Sedigas, «no sólo se mantienen las cifras económicas sino que se pueden ver incrementadas de una manera exponencial».
Peris añade que, «el gas contribuye no sólo a mejorar la calidad del aire de los puertos, sino también a la de las ciudades que se encuentran en el área de influencia de dichos puertos». El gas natural reduce las emisiones de óxidos de nitrógeno (en un 80%), las partículas en suspensión (más del 95%) y los óxidos de azufre (cerca del 100%), producidos en gran cantidad por los combustibles habitualmente utilizados por los barcos. También reduce las emisiones de CO2 (25%), principales responsables del efecto invernadero.
Potencia en GNL
España es una potencia en GNL a nivel europeo. Dispone del 36,5% de la capacidad europea de almacenamiento de GNL en plantas de regasificación, distribuida en 6 regasificadoras activas —el sistema gasista español cuenta con 7 regasificadoras, de las 23 que tiene Europa—. Cuenta con una doble vía de aprovisionamiento; durante el período de noviembre de 2013 a octubre de 2014, el 53% del gas que llegó a España lo hizo a través de gasoducto, mientras que el 47% restante, vía buque metanero.
Este último sistema permite recibir gas desde cualquier lugar del planeta. España lo recibe de 11 mercados diferentes, lo que le permite posicionarse entre los países más diversificados de Europa. En 2013, 228 buques descargaron en las regasificadoras de Barcelona, Huelva, Cartagena, Bilbao, Sagunto y Mugardos.
Parque de cisternas más grande de Europa
Además, el sistema gasista español posee una consolidada red de distribución de GNL por carretera, a través de cerca de 250 cisternas que transportan este combustible por toda la península. Esta infraestructura, permite poner el GNL a disposición del usuario en cualquier punto y en cualquier puerto para el suministro directo del buque que lo precise. Este parque, el mayor de Europa, realiza 52.800 servicios al año.
La situación geoestratégica de la península ibérica la pone en el centro de una intensa circulación de barcos entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, elemento que favorece que los puertos de Algeciras y Gibraltar se encuentren entre los mejor posicionados en cuanto a tráfico a nivel mundial.
Marco regulatorio
La utilización del gas natural licuado no sólo es relevante para la consecución del objetivo comunitario 20/20/20 sobre eficiencia energética, utilización de energía renovable y disminución de las emisiones de efecto invernadero, sino también para cumplir con el reciente acuerdo del 28 de octubre de 2014 para llegar al 27/27/40 para 2030.
El transporte marítimo ya está comprometido a nivel internacional al tener que cumplir con las exigencias del Convenio MARPOL VI sobre el contenido de azufre, limitado a menos del 1% a partir de 2015 en zonas especiales como el Báltico y el Mar del Norte. En este sentido, los puertos españoles están bien situados en la ruta de buques con dichos destinos para el repostaje de los que hayan incorporado el GNL como combustible marino.
En relación con la mitad de los barcos que realizan transporte marítimo de corta distancia en Europa, de acuerdo con la Directiva 2012/33/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, una red básica de puntos de repostaje de GNL en puertos marítimos y fluviales debe estar disponible a más tardar en 2025 y 2030, respectivamente.
La decisión sobre la ubicación de estos puntos de repostaje de GNL en los puertos debe basarse en un análisis coste-beneficio que incluya beneficios medioambientales además de tener en cuenta materia de seguridad.