La dirección del astillero de San Fernando ha organizado a la plantilla y ha hecho acopio del acero necesario para proceder el próximo viernes al tradicional corte de chapa en los talleres de cabecera. Este acto simboliza el comienzo de cualquier obra naval. El contrato recoge la construcción de dos unidades para la Armada Española. Un barco se construirá en la planta de San Fernando y el segundo, en la gallega de Fene.
El segundo encargo que verá la luz también esta semana será el de Iberdrola. Todo apunta a que la compañía eléctrica y Navantia firmarán en breve el contrato de inicio de obra de una estructura eólica. El astillero de Puerto Real ha sido el elegido para desarrollar el soporte de la estación eléctrica que necesita el complejo eólico-marino que promueve Iberdrola en el Mar Báltico.
Ambos contratos suponen la resurrección de las plantas de la Bahía. En estos momentos, San Fernando culmina la construcción del pedido de doce lanchas de desembarco para la Marina de Australia y aborda por fin la construcción de un BAM. Por su parte, la factoría de Puerto Real ha reiniciado tímidamente su actividad este mes gracias al desvío de carga de trabajo procedente de Ferrol.
La dirección de Navantia decidió el pasado septiembre trasladar a Puerto Real parte del programa del barco-hotel (flotel) que se ejecuta en la ría gallega para la petrolera mexicana Pemex. Navantia optó por compartir la obra entre los astilleros para poder cumplir sin problemas con la fecha de entrega de este encargo: junio de 2016.
El BAM de la Armada y la plataforma de Iberdrola devuelven, por tanto, la vida a los astilleros de la Bahía a la espera de que Gas Natural confirme definitivamente la construcción del quinto gasero y los países del Golfo Pérsico resuelvan los contratos de construcción de fragatas y patrulleros.
La construcción de la segunda fase de los BAM supone una inversión de 333 millones de euros, unos 166 millones por cada unidad. El plazo de construcción de los dos buques, que se inicia de forma conjunta en los astilleros de Fene y San Fernando, será de aproximadamente 30 meses, lo que supondrá en conjunto un total de 2,2 millones de horas de trabajo, tanto propias como de la industria auxiliar.
Por lo que se refiere al contrato con Iberdrola, el acuerdo supone casi 70 millones de euros de inversión para la fabricación y montaje de la estructura metálica que necesita el parque eólico Wikinger, en Alemania. Su fabricación precisará de 600.000 horas de trabajo directo en la planta de Puerto Real, lo que se traduce en una ocupación media de 250 personas, con puntas de 500. El trabajo se realizará íntegramente en el astillero gaditano, con la participación de la industria auxiliar de la zona. Iberdrola también ha seleccionado al astillero gallego de Fene para la construcción de los 29 ‘yakets’ que necesita el complejo, donde irán colocados los molinos eólicos.
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