Navantia -socio de Reganosa en el proyecto junto al Puerto de Ferrol, la Xunta y la Universidad-, ha finalizado ya el diseño de ese nuevo navío, aunque se trata de un modelo abierto, con una capacidad de almacenamiento de entre 2.500 y 7.500 metros cúbicos y un coste estimado que oscila entre los 20 y 30 millones de euros.
La alianza ferrolana se posiciona así en la vanguardia de los primeros pasos de sector a nivel nacional, en donde también el puerto de Bilbao y un consorcio liderado por Repsol en el Mediterráneo están impulsando diseños de barcos y gabarras.
Normativas
Las nuevas normativas medioambientales europeas fijan, a partir del año 2015, la obligación de reducir las emisiones a la atmósfera de los barcos para navegar por las denominadas zonas eca. Rodrigo Díaz, director de Desarrollo de Reganosa, explicó ayer en Madrid, en una jornada sobre el gas en el transporte, que los estudios realizados por la empresa indican que el 78 por ciento de los 40.000 barcos que atraviesan cada año por el corredor de Fisterra podrían precisar, en el entorno del 2030, de este servicio, por lo que el buque de suministro es indispensable.
No obstante, Díaz, al igual que la mayoría de los ponentes en la jornada, insistió en la necesidad de que se avance en el desarrollo normativo para que el negocio pueda seguir adelante.
Pliegos
En este sentido, aseguró que está previsto que antes de que acabe el año los puertos españoles, y entre ellos el de Ferrol, cuenten con los pliegos de condiciones que regularán el suministro de gas.
Además, subrayó la conveniencia de poder llevar a cabo proyectos piloto de fabricación de buques y también de conversión para «que sean palanca» que espoleen la demanda.