«Yo me voy, pero el dossier sigue encima de la mesa para quien lo tenga que ver después de mí».
En similares términos se refirió al tema pendiente relativo a las ayudas a los clubes de fútbol, que también quedará para su sucesora.
Otro asunto sobre el que el comisario sí fue explícito fue sobre el polémico servicio de transporte de pasajeros de Uber, que además de en Barcelona ya ha comenzado a funcionar en Madrid, provocando la protesta general del sector del taxi. Almunia destacó que es una «innovación» a la que tendrán que buscar «encaje» las autoridades nacionales y no Bruselas, ya que se produce en un sector regulado.
«Hay que ver si la regulación es la adecuada o no o si hay que hacer cambios y cuáles. Si la regulación en ana esa innovación, mejor que mejor, en beneficio de los usuarios. Pero de llegar a algún despacho ese asunto, lo hará al de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) y no al de mi sucesora».
«No voy a sentarme en ningún consejo de administración»
Ante sus últimos 30 días como comisario europeo y preguntado por qué hará a partir del 1 de noviembre, cuándo abandone la Comisión, Almunia respondió haciendo un guiño a la convulsa actualidad política nacional. Así, aseguró que «lo único» que sabía era lo que no quiere hacer: «No quiero ser un instrumento para el tráfico de influencias, no voy a sentarme en ningún consejo de administración y no voy a volver a la política». Sus intenciones le convierten en un verso suelto en la escena política patria.
Cataluña
Almunia también entró a valorar la situación en Cataluña. Opina que «el problema empezó» cuando el PP recurrió el Estatut aprobado durante la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero. Según el comisario europeo, hay que hablar «políticamente» sobre el conflicto.
Sobre Google
También ha reiterado Almunia que la Comisión Europea podrá imponer una solución basada en la prohibición y una multa a Google si la compañía no presenta unas propuestas satisfactorias para acabar con su posición dominante en el marco de la investigación que está abierta sobre su servicio de búsqueda especializada. La investigación se inició en noviembre del 2010 y desde entonces «ha aumentado el número de las quejas, a la vez que su contenido ha ido variando». En cualquier caso, Almuna ha señalado que la última propuesta de Google parecía razonable a ojos de su equipo, pero que recibieron datos y argumentos «muy fuertes» que acabaron convenciendo a la Comisión para que reconsiderase su posición.