Los responsables de la firma puntualizan que esta apertura en las posibilidades de negocio “no es ningún cambio de estrategia”. Nodosa seguirá centrada en dragas, remolcadores, barcos de pesca y acuicultura. Pero ahora se abre a que en un futuro próximo pueda desarrollar este otro tipo de barcos. El gerente del astillero, Rafael Nodosa, así lo asegura: “Tenemos capacidad para poder hacer aquí otro tipo de barcos”.
Esa opción, además, también abriría las puertas a que el astillero se pudiese beneficiar del nuevo tax lease, ya que el tipo de embarcaciones que construye en la actualidad se queda al margen de esta bonificación fiscal, como también ocurría con el anterior programa de ayudas. “No descartamos que en el futuro podamos beneficiarnos si construimos ferrys o pequeños mercantes”, explica este responsable de la empresa. Reitera que no se trata de un cambio en la línea de la empresa y afirma que “por ahora no hay nada en mente”, pero sí subraya que se trata de una opción que, llegado el caso, no se dejaría pasar.
La búsqueda de nuevos proyectos, independientemente del tipo de embarcación, centra buena parte de la actividad de la empresa durante estos meses. En el astillero se está trabajando ahora en secciones de un remolcador, así como en la construcción de una draga. Estos encargos garantizan horas de trabajo durante lo que queda de año y prácticamente toda la primera mitad de 2015. A ello hay que sumar el negocio de las reparaciones.
Estabilidad
Sin embargo, desde Nodosa quieren “seguir peleando” para lograr pronto nuevos contratos que prolonguen y aseguren carga de trabajo más allá del ecuador del próximo año. “Es a lo que aspiramos, a mantenernos estables”, expone Outeiral, recordando que a pesar de la crisis económica y de la drástica reducción de encargados que tuvo que afrontar el astillero, “no hubo ningún ajuste o regulación de empleo”.
Así, Outeiral se muestra confiado en que, por tanto, la compañía mantenga o incremente el ritmo de trabajo . “A medio y largo plazo tenemos expectativas”, apunta, reconociendo que en todo caso resulta improbable regresar a los escenarios anteriores al arranque de la crisis. “La época boyante fue 2007 y 2008, los astilleros de ésta y otras rías estábamos a rebosar”, recuerda.