«En esta ocasión no hemos tenido que hacer frente a ningún ataque. Hemos hecho labores de inteligencia, contactos con la población civil, etc. Tenemos programas en los puertos para dar adiestramiento a los guardacostas, que suben a bordo. Les enseñamos buceo, lucha contra incendios, rescate, etc», señalaba ayer el capitán de corbeta Alfredo Saco.
Saco destacaba que España es el único país que ha tenido de manera permanente un buque en la zona del Golfo de Adén para proteger a los barcos de los ataques de los piratas somalíes, una misión que se hace bajo bandera de la Unión Europea. El capitán de corbeta reconocía que actualmente la situación es de «calma tensa. Los ataques se han reducido a prácticamente a cero. Pero el problema sigue», lo que, según él, justifica que siga la presencia militar. La fragata Navarra ha relevado a Relámpago en la zona.
Si bien la tripulación habitual del Relámpago es de 51 personas –siete oficiales, diez suboficiales y 34 marineros profesionales–, para esta misión han llegado a ser más de ochenta. El patrullero también llevaba 16 componentes de la Unidad de Guerra Naval Especial (UGNE), 17 de la Unidad Aérea Embarcada (UNAEMB), un médico y un intérprete de yubuti.
De regreso a España y una vez pasado el canal de Suez, ha participado en la lucha contra el terrorismo en el Mediterráneo. A primeras horas de la mañana de ayer el buque atracó en el puerto de Tarragona en una única escala de descanso que hará antes de llega a su base de Las Palmas de Gran Canaria –sí que efectuará dos escalas logísticas para dejar material–. Durante toda la jornada, además de visitas institucionales, los tarraconenses también tuvieron oportunidad de visitar este pequeño buque de la Armada construido en San Fernando y que desde hace poco más de dos años surca los mares. Con 93,9 metros de eslora, tiene una autonomía de 8.700 millas y una velocidad de 20,5 nudos.
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