Según la reseña del Consejo de Ministros, esta planificación y dirección la realizará el departamento de Pedro Morenés, se entiende a través de la secretaria de Estado de Defensa que dirige Pedro Argüelles, en colaboración con el Ministerio de Hacienda –actualmente dirigido por Cristóbal Montoro-, el Ministerio de Industria –José Manuel Soria-, y el Ministerio de Economía–Luis de Guindos-.
La nota oficial da poco detalles sobre cómo se llevará a cabo dicha planificación y dirección, quizá a través de algún tipo de comisión o comité ad hoc, según resaltaron a Infodefensa.com algunas fuentes consultadas, aunque si señala que el departamento de dirige Morenés “dispondrá del ejercicio de los derechos, excepto los económicos, derivados de la participación pública estatal en el capital de sociedades mercantiles cuya actividad se desenvuelva en el sector industrial de la defensa”.
Liderará la consolidación
Asimismo, según la reseña oficial, el Ministerio de Defensa “liderará la acción de gobierno en relación con los procesos de reestructuración y consolidación de la misma a nivel nacional e internacional”, lo que implica que podrá decidir la fusión, venta o modificación de algunas de estas compañías.
El Estado español cuenta con participaciones y acciones en diversas empresas –públicas o de carácter ya privado- del sector de la Defensa y Aeroespacial aunque el control y planificación de ellas está disperso por distintos organismos públicos que dependen de diferentes Ministerios lo que dificulta su coordinación y provoca “distorsiones”, aseguraron a Infodefensa.com las fuentes consultadas.
Los ejemplos más evidentes son los astilleros Navantia y la empresa DEFEX, dedicada esta última a la promoción de las exportaciones de defensa, que son propiedad al 100 por cien de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), una entidad pública adscrita al ministerio de Hacienda y hasta ahora con dependencia directa del ministro Montoro y no del de Defensa, es decir Morenés.
La SEPI, actualmente dirigida por Ramón Aguirre, también controla las participaciones minoritarias que el Estado español tiene en tres empresas privadas muy importantes que operan en el sector de Defensa como son el consorcio aeronáutico europeo Airbus, la compañía de satélites Hispasat y, más recientemente, la multinacional tecnológica Indra.
En el caso de Airbus, la SEPI controla el 4,0 por ciento del capital; en el de Hispasat, se eleva al 7,41 y en Indra representa el 20,14 por ciento.
Empresas del ministerio de Defensa
Sin embargo, el Ministerio de Defensa si controla directamente otras compañías a través del Instituto Nacional de Técnica Aeroespaciales (INTA), que depende directamente del secretario de Estado de Defensa, Pedro Argúelles.
A través del INTA, se llevan a cabo la participación en compañías como Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España (ISDEFE) que a su vez controla el 30 por ciento de la sociedad pública Hisdesat –el resto está en manos de tres empresas privadas Airbus, 15 % Indra 7 % -estás dos últimas participadas minoritariamente por la SEPI como hemos señalado-, y por la completamente privada Sener (5%).
En este sentido hay que señalar que en 2012, el ministerio de Defensa decidió la incorporación de Ingeniería de Servicios Aeroespaciales (INSA) –anteriormente propiedad del INTA- en ISDEFE como consecuencia de la aprobación del Plan de reestructuración y racionalización del sector público empresarial y fundacional estatal.
El acuerdo del Gobierno, agrega la reseña del Consejo de Ministros, se adopta en atención a la importancia del sector industrial de la defensa desde el punto de vista estratégico, industrial y tecnológico y de su aportación a la economía y teniendo en cuenta, por otro “lado, el entorno competitivo en el que se tiene que desarrollar este sector en el futuro”.
La industria de defensa, agrega la versión oficial, es clave para la seguridad y soberanía nacional, al aportar el valor diferencial a los sistemas utilizados por nuestras Fuerzas Armadas en las operaciones, que le confieren la ventaja operativa en la acción y la necesaria capacidad de disuasión.