Una treintena de residentes en el entorno de Os Barcos y Panadeira se concentran para impedir la instalación
La propia alcaldesa, Catalina González, tras tener conocimiento de este hecho, remitió un oficio a Portos de Galicia solicitando información acerca de si el ente público ha concedido al Real Club Náutico de Sanxenxo una prórroga para la ejecución de las obras de construcción de los pantalanes de amarre en el Puerto Deportivo Juan Carlos I, de titularidad municipal. Según la regidora el escrito lo envía “a fin de poder impulsar las actuaciones que correspondan en defensa del interés general municipal”.
Y es que a pesar de que el plazo establecido para ello finalizó el pasado 31 de diciembre, la entidad deportiva reanudó a primera hora de ayer estos trabajos autorizados en su día por el organismo autonómico en régimen de concesión, a través de varias resoluciones administrativas que fueron recurridas por el Concello de Sanxenxo ante la autoridad judicial.
De hecho, la demanda presentada por los servicios jurídicos municipales ha sido admitida a trámite por parte del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Santiago de Compostela, “y confiamos en que el juez sentencie a favor de los intereses municipales, y por lo tanto, del interés de los vecinos de este municipio, dada la rotundidad de las pruebas e informes periciales que presentamos y que corroboran nuestra posición contraria a esta actuación”, señalaron desde el gobierno local.
Por ello, en el escrito remitido a Portos de Galicia, la regidora sanxenxina pone en conocimiento del ente público la “existencia de ciertos movimientos que vienen a indicar que por parte do Real Club Náutico de Sanxenxo se están retomando las obras de construcción de las instalaciones náutico-recreativas”.
El Ejecutivo municipal mostró desde un principio su oposición a este proyecto alegando a la presión paisajística que generará sobre la costa esta infraestructura desde el agua.
El hecho de que esta intervención del Real Club Náutico vulnere tanto el Plan Especial de Ordenación del puerto como su Plan de Utilización, y que contravenga las directrices fijadas por el Plan de Ordenación del Litoral, que califica a la playa urbana de Os Barcos como zona de protección intermareal -no estando permitido un uso constructivo-, son otros de los argumentos defendidos por el equipo de gobierno a la hora de rechazar la instalación.