El presidente de la patronal recuerda que ahora es el «tax lease» de Holanda el que está denunciado
LA VOZ DE GALICIA, 21 Jul. (Vigo).- Es evidente que da por cerrado el conflicto y que no tiene ningún interés en mirar atrás, porque «lo que ahora toca es ponerse a trabajar». Definitivamente, no quieren hurgar en la herida.
-El Gobierno, sin embargo, no ha descartado recurrir la decisión ante los tribunales.
-Si al final lo hace, esperemos que sea para bien, porque si para lo único que va a servir es para alargar la agonía y dejarnos otros dos años sin trabajo… No tengo idea de los procedimientos, lo que sí se es que los astilleros necesitamos vender barcos y pasar página. Llevamos dos años desangrándonos. El efecto negativo ya está hecho. Hemos perdido de construir medio centenar de barcos en este tiempo, que a una media de 40 o 50 millones de euros haga la cuenta. Cualquier cosa que siga en esa línea hace más daño que la multa.
-Definitivamente, se han propuesto no mirar atrás.
-Nos hubiera gustado que se hubieran tenido en cuenta nuestros argumentos para no exigir devoluciones hasta el 2011, que era lo que se pedía y lo que entendíamos que, aplicando la normativa para todos igual, nos correspondía. No fue así.
-Los sindicatos han pedido que nadie se vaya de vacaciones hasta que el asunto quede cerrado.
-Me consta que en Hacienda ya se han puesto manos a la obra. Lo idóneo sería tener el estudio hecho en un par de meses.
-Almunia les ha acusado de ser unos exagerados y de meter el miedo en el cuerpo.
-Desde que se inició el expediente hace dos años no se ha firmado un contrato. A la vista está que no exagerábamos cuando vaticinábamos la muerte del sector. En cuanto a lo del miedo, fue él el que nos lo metió con el primer borrador. Hubiera sido el final. Menos mal que hubo un segundo y un tercero. Cambió mucho el escenario. ¿Significa eso que el actual nos guste? No, no nos gusta, porque ir contra los inversores es como ir contra nosotros. Al final llevamos la misma camiseta porque dependemos de la financiación. Ahora le toca al Gobierno interpretar la resolución. Confiamos en que los daños sean mínimos, aunque lo que está claro es que cualquiera que pueda ser la cifra el daño más gordo ya lo pagamos desde junio del 2011.
-Almunia vaticina que en el plazo de cuatro o cinco años tendrán que comerse sus palabras.
-¡Ojalá! Y no dentro de cinco años, el próximo año me las comería si las gradas vuelven a estar llenas. Lo cierto es que tenía en su mano que nos las hubiéramos comido ya, porque si estamos como estamos es porque él quiso.
-Pinta al comisario como si fuera la bicha.
-Ya no lo es. Lo fue durante dos años en los que hemos pagado una sanción bien alta y no solo económica, también de confianza. La confianza no se recupera de hoy para mañana. Se tardará un tiempo. Los que ya son irrecuperables son los dos mil y pico de millones que hemos dejado de ingresar.
-En esa filosofía que mantienen de mirar hacia adelante ¿qué tiempo se dan para firmar el primer contrato con tax lease?
-En total los astilleros españoles están negociando unos 40 barcos. Hay algún armador esperando desde hace tiempo. En condiciones normales en 2014 tendrían que empezar a ocuparse las gradas. No olvide que este no es un negocio con unos tiempos muy distintos a cualquier otro. Desde que se cierra el acuerdo hasta que se empieza a cortar chapa pasan meses.
-Holanda ha puesto peros también al nuevo tax lease. ¿Temen un nuevo expediente?
-En absoluto. El nuevo tax lease cuenta con todas las bendiciones. No lo digo yo, lo ha dicho Joaquín Almunia. Lo que pasa es que Holanda quiere ganar en los despachos lo que no gana en el campo. Pero ahora ya no, ahora es su tax lease el que está siendo investigado. La risa va por barrios y ahora probarán su medicina.
-¿Qué papel cree que ha jugado en el cambio de criterio de Bruselas el frente común que formaron con administraciones y sindicatos?
-Llevamos trabajando dos años sin descanso. Nos entregamos desde el principio, pero es cierto que el frente común ha sido un gran aliado. Estamos encantados. No pensábamos que iba a ser tal el apoyo, incluido el mediático. Nos desbordó la gran repercusión que alcanzó el problema y que ha servido para que mucha gente que no conocía el sector naval, que no sabía lo que hacíamos ni su repercusión en la economía y en el empleo, haya tomado conciencia de ello.