La estructura rojiza, desnuda, de un barco a medio hacer, llegó ayer a Vigo para terminar de vestirse. Un ferry de 139 metros de eslora que paseó por el litoral atlántico remolcado por el Sertosa XVIII procedente de Sevilla, donde fue botado a aguas del río Guadalquivir en mayo y que se mantenía a flote por resistencia, pero sin capacidad de navegar.

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El astillero prevé cerrar la venta con otro armador “rápidamente”

FARO DE VIGO, 17 Jun. (Vigo).- Ahora Factorías Vulcano intentará cerrar “cuanto antes” el contrato para adjudicarlo a un armador que desee un buque con capacidad para 1.500 personas y 320 personas. El director general de Vulcano, José Domínguez, cuenta con emplear entre 400 y 500 personas, tanto del astillero como de la industria auxiliar, para finalizar su construcción.

Además de la carga de trabajo, la llegada de esta mole metálica supone, para Vulcano, un punto de inflexión. Desde la entrega del 553 Polar Duchess a finales de octubre de 2011, las gradas del astillero vigués permanecieron vacías. La empresa pasó por un concurso de acreedores, que superó con una quita del 80%. Pero la fecha concreta para empezar a trabajar aún no se conoce. “Tenemos varias operaciones comerciales posibles que supondrían terminar el barco con distintas configuraciones”, explicó a FARO Domínguez. En su opinión, solo el hecho de “haber recibido el buque es muy importante, aumenta considerablemente su valor comercial”.

La empresa llegó a un acuerdo con Banco Santander, propietario del buque (tras la liquidación de Astilleros de Sevilla), pero debe cerrar el contrato con un armador nuevo. La naviera finlandensa Viking Line había sido pagado por adelantado 44 millones, pero nunca recibió su encargo. La empresa nórdica rescindió el contrato y exigió al astillero la devolución del dinero.

“Nosotros confiamos en que el proceso para cerrar el contrato se haga lo más rápidamente posible, hablar de plazos es siempre muy complejo, solo pretendemos formalizarlo cuanto antes”, insistió Domínguez.

Cambiar el diseño

El hecho de cerrar el contrato con uno u otro armador es determinante, toda vez podría obligar al astillero a modificar la configuración original del buque. Si se termina tal y como había sido diseñado de inicio, y según los cálculos del máximo responsable de Vulcano, “tendremos trabajo para doce o trece meses” y hasta medio millar de trabajadores.

En caso contrario, “los plazos se pueden alargar y podremos requerir más tiempo para finalizar los trabajos”, ya que sería necesario remodelar la ingeniería del proyecto. Para Vulcano, sostiene Domínguez, lo idóneo sería encontrar un armador que quisiera el buque en base al diseño original, cuyo desarrollo “está muy avanzado”. Fuentes del sector consultadas por este diario señalaron que “lo positivo” de esta operación es que el astillero no necesita financiación -escasa, por no decir inexistente a día de hoy-, ya que tiene en caja 40 millones del pago de la construcción 533.

La operación de atraque del barco se prolongó desde que se dejó ver en Punta Borneira (en Islas Cíes) pasadas las cinco de la tarde.

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