La segunda jornada de huelga entre las empresas del metal de la provincia de Cádiz volvió a acabar ayer en enfrentamiento con la Policía antidisturbios, al igual que en la factoría de Navantia San Fernando, donde un grupo de trabajadores de las contratas de este astillero se concentró en la puerta de las instalaciones y fueron desalojados.

 Enfrentamientos con la Policía en San Fernando 

DIARIO DE CADIZ, 28 Feb. (Cádiz).- La primera acción ocurrió en La Isla. Trabajadores de la industria auxiliar de astilleros decidieron salir a la calle como reacción al comunicado emitido el martes por Navantia (tras la reunión con el comité intercentros). En ese comunicado, la dirección anunciaba "un drástico plan de reducción de costes que afecta a todas las áreas de la compañía y que se focaliza principalmente en la revisión de contratos con proveedores y con la industria auxiliar".

Ayer en La Isla, algunos de los operarios que todavía quedan en la factoría (apenas son un centenar cuando han llegado a ser cerca de 2.500), hicieron patente su preocupación ante el futuro que les espera. Cortaron la carretera de La Carraca, desde muy temprano, lo que impidió el acceso a las personas que trabajan en las instalaciones y provocó retenciones y largas colas de vehículos que colapsaron la zona militar, la Glorieta, hasta la calle Comandante Ruiz Marcet e incluso la Venta de Vargas sobre las nueve de la mañana, en hora punta, cuando muchos padres llevan a sus hijos al colegio. 

Hasta las inmediaciones de los astilleros isleños acudieron antes de esa hora los antidisturbios que actuaron y obligaron a replegarse hacia el interior a los aproximadamente 50 trabajadores de las subcontratas que comenzaron sus protestas venciendo algunas de las farolas sobre la carretera a Navantia y al arsenal militar. Éstas hicieron entonces de barrera difícil de salvar para la entrada al recinto. De hecho, la protesta afectó a militares y trabajadores de Bazán que intentaban acceder a su lugar de trabajo. Con algunos rastrojos encendieron fuego, por lo que también tuvieron que intervenir los bomberos.  

El responsable de política sindical de MCA- UGT (la sección del metal y la construcción del sindicato), Manuel Díaz, lamentaba la situación, pero señalaba la desesperación de estas personas como origen de la protesta. "Están llegando a tal extremo de impotencia que pierden el miedo a cualquier enfrentamiento. No estamos de acuerdo, pero ya están llegando a un punto de desesperanza que rompe en estas protestas", advirtió. El sindicato había convocado, además de las movilizaciones del martes, una concentración ayer en la rotonda del Río San Pedro. "Después de saber los planes de Navantia han salido antes de la hora", contaba. En La Isla, el enfrentamiento entre trabajadores y policía se mantuvo hasta el mediodía, entre las incursiones al exterior desde la garita de entrada, tras la que se parapetaban algunos de los operarios que lanzaban tuercas, y el avance de la Policía para que volvieran al recinto. En torno a las doce de la mañana un representante sindical informó a los antidisturbios de que el grupo de la protesta había regresado al interior de la factoría.

La situación de Navantia, con pocos proyectos cuando es una de las principales empresas que nutren a la industria auxiliar, señalaba el dirigente sindical de UGT, se une al malestar por el convenio del metal. Protestan quienes todavían conservan su trabajo, pero también muchos desempleados.

Además, el comité intercentros explicó ayer en un comunicado su "decepción por la reunión celebrada con la dirección corporativa de Navantia". Indicaron que "el presidente de Navantia no despejó ninguna incógnita sobre el problema prioritario del grupo: la carga de trabajo. Una vez más queda patente la incapacidad de Navantia y de SEPI para conseguir los contratos que anticiparon tanto en unos centros como en otros. No se resuelven ninguna de las acciones comerciales que se anunciaron como posibles para la Bahía de Cádiz o la Ría de Ferrol. Ni tan siquiera se concreta la fecha de inicio del contrato de Pemex; en definitiva, no se aclara la posibilidad de tener carga de trabajo a corto plazo".

En cuanto a la dificil situación económica del grupo, el comité intercentros aseguró que "el propio presidente reconoce que se debe a la inactividad de los centros que desde hace muchos meses no tienen trabajo y que provoca que durante este año, si no se contrata, se ponga en riesgo las cuentas de Navantia". Desde el comité intercentros exigieron ayer que Navantia, SEPI y el Gobierno "tomen las medidas necesarias y doten a los centros de Navantia de la carga de trabajo suficiente para salvaguardar el presente y el futuro del grupo". Y concluyó el comunicado indicando que "todos los centros seguiremos movilizándonos hasta conseguir el objetivo de dar viabilidad y futuro a Navantia".

En la Bahía de Cádiz,  los representantes sindicales de los astilleros expresaron ayer su "decepción" con la dirección de Navantia, ya que no habría dicho "ni una sola palabra" en la reunión con el comité intercentros celebrada esa misma mañana acerca de esas medidas drásticas.  

Según explicó Juan Bedeli, presidente del comité de empresa del astillero de Cádiz, el presidente de Navantia, José Manuel Revuelta, y el consejero delegado, Jaime de Rábago, "no concretaron nada" al comité intercentros, pese a que les fueron planteados numerosos interrogantes tendentes a que aclararan algunos de los "bulos" que vienen sonando. Así, por ejemplo, no les despejaron dudas sobre el futuro del astillero de Puerto Real y, al preguntar por un posible Expediente de Regulación de Empleo (ERE), los directivos "dijeron que no, que Navantia es una empresa estratégica, y que hay que confiar en que los contratos cuajen". En este sentido, indicó que lo que sí se les comunicó es que "trabajo para Navantia no hay ahora mismo, que hay muchas ofertas lanzadas pero nada firmado" por el momento. Sin embargo, "nada" de lo que la compañía dio a conocer a través de un comunicado.  

Más tarde, sobre las 11:00 horas de la mañana, se iniciaba en el Río San Pedro, en Puerto Real, la manifestación convocada por los sindicatos dentro de la segunda jornada de huelga de las empresas del metal de la provincia. La manifestación discurrió sin problemas hasta llegar a la factoría de Dragados Offshore. Después, al dar la vuelta en dirección a la barriada puertorrealeña, un nutrido grupo de manifestantes se dirigió a la carretera que da acceso a la N-443 (en el nudo que dará paso al segundo puente) y cortó la circulación rodada.

Fueron apenas diez minutos, los justos para que interviniera de nuevo la Policía y disolviera la protesta. Pudieron verse escenas inéditas: desde manifestantes sentados en la calzada, en lo que puede definirse como el primer corte del segundo puente; a agentes antidisturbios subiendo en hilera por las laderas que rodean al entramado de calzadas. Incluso la Policía, según indicaron fuentes sindicales, procedió a la identificación de alguno de los participantes en la protesta.

El caso es que ayer no se trataba de ningún colectivo en concreto, eran integrantes de empresas del metal de la provincia. Es más, en el transcurso de la refriega, pudo escucharse algún grito: "La próxima vez venimos sin pancartas, nosotros solos".

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