El portaaeronaves de la Armada española Príncipe de Asturias, tras 25 años de servicio, se ha despedido el miércoles 6 de febrero de la Bahía de Cádiz, donde tenía su base, camino de Ferrol, donde se le dará de baja, será desarmado y subastado para su posible desguace.

 

 Con su firma, don Felipe cerró simbólicamente el Libro de Honor del buque 

BAHIA DE CADIZ, 07 Feb. (Rota).- A esta simbólica ceremonia en la Base de Rota donde, pese a los recortes y ajustes –estos mismos son los que motivan que se prescinda del portaaviones- se ha celebrado una parada naval y un desfile aéreo, ha asistido el príncipe Felipe de Borbón, junto al ministro de Defensa, el jefe del Estado Mayor de la Armada y otras autoridades militares.

Este buque fue entregado a la Armada en 1988 por la entonces Empresa Nacional Bazán (hoy Navantia). Esta incorporación supuso el ingreso de España en el “selecto grupo de marinas de guerra” con un portaaeronaves.

Entre las principales misiones que ha desarrollado el Príncipe de Asturias en estos veinticinco años, ha formado parte, en el marco de la Operación ‘Southern Guard’ con motivo del conflicto del Golfo Pérsico, de los grupos de combate británico, francés, español, italiano y alemán que cubrieron el Mediterráneo, junto con aviación basada en tierra, en una operación aeronaval a principios de los años 90.

Según recoge DIARIO Bahía de Cádiz de fuentes de Defensa, a su llegada a la Base de Rota, después de ser recibido por las autoridades, el heredero de la Corona asistió a una conferencia sobre la historia del portaaeronaves. Desde el puente de mando, presenciaba una demostración aeronaval, en la que cuatro aviones Harrier AV8 realizaron una pasada y uno de ellos tomó y despegó en la cubierta. La parada naval finalizó con un desfile aéreo compuesto de tres helicópteros AB 212, tres helicópteros Seaking SH3D, tres helicópteros HUGES 500 y tres aviones Harrier.

Con su firma, don Felipe cerró simbólicamente el Libro de Honor del buque. Desembarcó vía helicóptero acompañado por el resto de las autoridades, en la que ha sido la última operación de vuelo de este portaaeronaves, que sustituyó al antiguo Dédalo y que ha navegado más de 400.000 millas náuticas. El moderno buque de proyección estratégica Juan Carlos I lo reemplazará.

ORGULLO, EMOCIÓN Y TRISTEZA

Durante la ceremonia de despedida, el príncipe de Asturias pronunció unas palabras en las que destacó que “hoy es un día especial para todos nosotros y particularmente para mí como príncipe de Asturias”.

“En esta última visita a bordo se unen el orgullo y la emoción, junto a la tristeza, pero también la satisfacción: Orgullo por ser miembro de nuestras Fuerzas Armadas y vestir sus uniformes, así como por formar parte de este brillante capítulo de la historia de la Armada española que ahora se cierra; emoción, al despedir a nuestro buque insignia e inevitablemente algo de tristeza al decir adiós a un barco que se lleva una parte muy querida de cada uno de nosotros”.

SOBRE EL DESGUACE

Desde el PP gaditano se ha vuelto a recordar, mirando sobre todo al PSOE, de que el Príncipe de Asturias va a Ferrol, “no a su desguace, sino a su desarme”. Una vez desarmado, el Ministerio de Defensa decidirá qué hace con la nave “y, en caso de que se tenga que desguazar, Navantia podrá optar a ese desguace y desde el PP de Cádiz trabajaremos para que pueda ser en los astilleros gaditanos”. Aunque parece ilógico que ya que está en Ferrol se volviera a trasladar a aguas gaditanas para esta faena, que reclama, a falta de otros contratos, los astilleros de la Bahía.

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