El sector productivo de la pesca en Europa representa, sin error a equivocarnos mucho, uno de los más subvencionados a través de las ayudas públicas. Y cuando se habla de ayudas públicas se está hablando a todos los niveles de administración, tanto las autonómicas como las estatales y las propias de
Luis Antonio García Martínez, Segundo Somandante Naval de Santander “es necesario que España haga valer su posición en los foros adecuados antes de sufrir las nuevas directrices europeas
A partir del ingreso de España en
Sin embargo, todo este esfuerzo ha servido de poco en la regeneración de los caladeros. A pesar de los desguaces incentivados, del pago de las vedas, de los paros biológicos y de la modernización de las flotas pesqueras, queda demostrado que los logros han sido en la mayoría de los casos perniciosos. La política pesquera común (PPC) no estaba alcanzando sus objetivos, la flota disminuía en número de buques y en potencia relativa instalada y eran precisamente esas ayudas las que estaban fomentando que los barcos fueran más eficientes y por tanto pescasen mucho más de lo previsto.
Por otro lado, las cuotas de captura admisible para las diferentes especies TACs se calculaban en la mayoría de los casos al revés, es decir, partiendo de las cantidades que se querían capturar y no precisamente atendiendo al estado biológico de los stocks. Los medios de comunicación y la mejor formación de la sociedad hicieron el resto: se produjo un aumento en el consumo de pescado dado el alto valor proteínico y nutritivo. Por ello fue necesaria la importación de productos pesqueros, dada la demanda que ya no era cubierta por las pesquerías de aguas europeas, lo que fomentó la bajada de precios de nuestro propio pescado. Para colmo de males, el combustible se ha disparado en estos cinco últimos años, lo que ha motivado la paralización de muchas unidades de pesca que han visto que les resultaba más rentable desguazar las embarcaciones y solicitar las indemnizaciones por la paralización definitiva.
La política pesquera europea en general y España en particular necesita urgentemente una reforma, reforma que precisamente no pasa por quedar tan solo reflejada en un documento como si de una declaración de buenas intenciones se tratara. La reforma de
La nueva PPC quiere devolver la sostenibilidad a las poblaciones de peces al objeto de poder ofrecer a los ciudadanos de
Que tiemble el sector pesquero español. Los elementos que giran en torno a esta reforma y que podemos destacar como puntos fundamentales son: la «prohibición de los descartes», el «rendimiento máximo sostenible», la «regionalización», la «dimensión y su alcance social», las «paralizaciones definitivas», las «concesiones de pesca transferibles», etc., etc.
Los descartes son uno de los mejores ejemplos de las deficiencias de
En cuanto al rendimiento máximo sostenible, está definido como el nivel más elevado de capturas que puede extraerse de una población de peces a lo largo de un periodo indefinido sin dañarla. Lo que se pretende con esta medida es pasar de una pesca intensiva de las poblaciones más pequeñas a una pesca más racional de las más abundantes y para ello debieran hacerse planes de gestión plurianuales fijando la mortalidad por pesca en cada plan para garantizar la estabilidad de una población de una campaña a otra, siendo preciso para su eficacia que los planes plurianuales fijen índices de mortalidad. A pesar de la buena intención para España, esto puede representar el tener que hacerlo en un tiempo excesivamente rápido y para lo que no está preparada aún.
En lo que respecta a la regionalización, el «palabro» suena bien, pero ya no tanto su contenido. Esto significa en cierta manera dejar de lado la microgestión y garantizar que las normas se adapten a las características específicas de cada pesquería y a cada zona marítima, «región». En el tema de la anchoa en el Golfo de Vizcaya funcionó bastante bien en lo que respecta a la cooperación entre Francia y España. ¿Con nuestro carácter latino funcionará con el resto de los países de los estados miembros?
Otro punto fundamental es la dimensión y su alcance social, esto radica fundamentalmente en el factor humano que se dedica y trabaja para el sector pesquero. El sector pesquero representa menos del 0,2% del total del mercado laboral en
Si hablamos de las paralizaciones definitivas, se puede decir que
Para finalizar este adelanto de lo que nos viene encima se baraja un término nuevo que acabará con un derecho social para hacerlo privado. Se trata de las concesiones de pesca transferibles y consiste en una iniciativa que no es más que la privatización de unos recursos marinos que hasta ahora venían siendo propiedad de la sociedad. Se pretende que estos derechos se distribuyan de forma nacional, es decir, en las aguas de cada estado y entre sus pescadores nacionales, lo que en cierta manera viene a contravenir lo que hasta ahora se llama política pesquera común sobre unas aguas que se dicen comunes. Visto lo visto, existe el riego de que los pescadores artesanales puedan vender sus derechos a grandes empresa o lobbies que terminen por adueñarse de los recursos marinos de una zona costera.
Todo esto y otros muchos más detalles afectarán a lo que hasta ahora estábamos acostumbrados en materia de pesca en España. Es por ello por lo que debiéramos ponernos las pilas y actuar en los foros adecuados antes de que se nos imponga el citado reglamento sin más.