El Gobierno no cree que la protección del medio ambiente sea, como él pretende, la causa por la que el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, hostiga a los pescadores españoles en las aguas que rodean la colonia británica, cuya soberanía se disputan los dos países. Pero está dispuesto a demostrar que no se queda atrás en la protección del ecosistema marino de la zona.

 El Gobierno ejercerá el control mediambiental que le ha reconocido la UE 

EL PAIS, 10 Sep. (Madrid).- En lo que puede suponer un nuevo paso en la escalada de tensión con las autoridades gibraltareñas, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente está preparando el establecimiento de una Zona de Especial Conservación (ZEC) de 26.641,82 hectáreas en torno a El Peñón, que englobará las aguas en disputa. La ZEC prohibirá prácticas poco respetuosas con el medio ambiente, como la evacuación de residuos, el relleno de áreas costeras o el suministro de combustible en el mar (bunkering) desde buques cisterna conocidos como gasolineras flotantes; prácticas todas ellas permitidas por Gibraltar.

“A nadie puede molestarle que se aplique la legislación comunitaria para proteger el medio ambiente”, afirman fuentes gubernamentales españolas, que esperan contar incluso con “la colaboración de británicos y gibraltareños, como ha recomendado la Comisión Europea”.

No parece, sin embargo, que vaya a ser ésa la reacción del Gobierno de Picardo. Fue precisamente la decisión adoptada en 2009 por la Comisión Europea de inscribir, a petición española, en la lista de Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) la zona del Estrecho Oriental, que incluye las aguas cuya soberanía reclaman los dos países, lo que reabrió el contencioso.

El Reino Unido ya había inscrito dos LIC en la lista europea, uno de 200,52 hectáreas (denominado Rock of Gibraltar), que coincide con el territorio de la colonia, y otro de 5.486,5 hectáreas (Southern Waters of Gibraltar), con las aguas cuya jurisdicción reclama (tres millas al este y sur del Peñón y 1,5 en la bahía de Algeciras), pero la Comisión Europea consideró que ambas LIC eran compatibles, pues no se trataba de determinar a quién corresponde la soberanía sino de proteger el ecosistema marino.

Londres y El Peñón no lo entendieron así y pidieron que se anulase la inscripción del LIC español, pero el Tribunal de Justicia de la UE rechazó tal pretensión en mayo de 2011. El pasado 12 de julio desestimó definitivamente los recursos, por lo que la decisión ya es firme y España tiene vía libre para desarrollar la ZEC y dictar normas de protección del medio ambiente.

¿Cómo podría España impedir el bunketing o los rellenos en la costa oriental del Peñón? Las fuentes consultadas no quieren adelantar acontecimientos, pero señalan que España podría denunciar a Gibraltar ante las instituciones europeas o prohibir la entrada de los áridos usados para los rellenos a través de la verja.

Aunque el Gobierno no quiere vincular ambos hechos, el desarrollo de las ZEC coincide con un recrudecimiento del contencioso. Tras haber pactado una moratoria con los pescadores de La Línea y Algeciras que les permitiría faenar junto a El Peñón hasta final de año, Picardo anunció por sorpresa el pasado 16 de agosto que quedaba prohibido el uso de redes en la zona, basándose en un informe de expertos que advertían de la sobreexplotación del banco pesquero. Desde entonces se han sucedido los incidentes entre la policía gibraltareña y los pescadores españoles, a quienes protege la Guardia Civil.

La semana pasada el duelo dialéctico subió de tono cuando el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, declaró que “España no permanecerá pasiva” y “adoptará muchas más medidas” si prosigue el hostigamiento a los pescadores. “No estamos dispuestos a que nos toreen”, apostilló su colega de Exteriores, José Manuel García-Margallo.

El Gobierno gibraltareño reaccionó airado con un comunicado en el que tildaba de amenazas “muy graves” las declaraciones de los dos ministros españoles.

Precisamente, hoy se celebra el Día Nacional de Gibraltar, una festividad que sirve para exaltar los sentimientos nacionalistas. Por vez primera, la bandera gibraltareña ondeará en la sede del Foreign Office, en Londres.

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