Aún es posible rectificar y alcanzar con Mauritania un acuerdo mutuamente beneficioso en el que el respeto a la sostenibilidad esté garantizado. Lo sostuvo el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, al término de la reunión que mantuvo con los eurodiputados populares Gabriel Mato y Carmen Fraga y las organizaciones pesqueras afectadas por la firma de un pacto pesquero entre Bruselas y Nuakchot que eleva la compensación económica comunitaria (140 millones por dos años y otros 80 que deben pagar los armadores) y, sin embargo, deja fuera a 24 cefalopoderos gallegos y endurece las condiciones de acceso para otros 70 buques.

 Los barcos apenas han renovado las licencias para seguir hoy en el caladero 

LA VOZ DE GALICIA, 01 Ago. (Madrid).- ¿Optimista o realista? El tiempo y la ofensiva institucional lo dirán, pero, por lo de pronto, la infrautilización de licencias que puede suponer la denuncia del acuerdo está casi garantizada: la práctica totalidad de las flotas afectadas han desistido de solicitar la renovación de sus licencias para seguir faenando en aguas del país africano a partir de hoy, dado que ayer expiró el anterior protocolo.

Por lo de pronto, España no dará su apoyo a la ratificación del nuevo protocolo y la Secretaría General de Pesca trabajará «para que se desista de continuar con la propuesta actual y se renegocie un acuerdo», un pacto que deberá tener en cuenta «la verdadera situación biológica de los recursos […] para que haya unas cuotas de cefalópodos razonables y suficientes» y para que las cuotas marisqueras «se adecúen a una realidad económica rentable». Esto es, un acuerdo en el que tengan cabida los 24 cefalopoderos ahora expulsados y que evite un daño innecesario a la industria pesquera europea.

Cañete también anunció a la patronal Cepesca, a los miembros de Anacef, a los marisqueros de Anamer y a la asociación de armadores de Marín que solicitará a Bruselas medidas para paliar el paro forzoso de los cefalopoderos y el inducido de los marisqueros a través de un plan de ajuste con ayudas a la paralización definitiva voluntaria y a la temporal, ambas con subsidios para armadores y tripulantes. El gerente de Anacef, José Ramón Fontán, subrayó la «actitud firme y positiva» del Gobierno y los eurodiputados en su rechazo al acuerdo. Fontán confía en que, finalmente, al comprobar que nadie va a pescar a Mauritania, se renegocie un acuerdo absurdo en los términos en los que se ha planteado. «Nuestra realidad es consecuencia de una gran mentira. No hay problemas con los cefalópodos y menos con el pulpo», sentenció.

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