Aún es posible rectificar y alcanzar con Mauritania un acuerdo mutuamente beneficioso en el que el respeto a la sostenibilidad esté garantizado. Lo sostuvo el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, al término de la reunión que mantuvo con los eurodiputados populares Gabriel Mato y Carmen Fraga y las organizaciones pesqueras afectadas por la firma de un pacto pesquero entre Bruselas y Nuakchot que eleva la compensación económica comunitaria (140 millones por dos años y otros 80 que deben pagar los armadores) y, sin embargo, deja fuera a 24 cefalopoderos gallegos y endurece las condiciones de acceso para otros 70 buques.
Los barcos apenas han renovado las licencias para seguir hoy en el caladero
Por lo de pronto, España no dará su apoyo a la ratificación del nuevo protocolo y
Cañete también anunció a la patronal Cepesca, a los miembros de Anacef, a los marisqueros de Anamer y a la asociación de armadores de Marín que solicitará a Bruselas medidas para paliar el paro forzoso de los cefalopoderos y el inducido de los marisqueros a través de un plan de ajuste con ayudas a la paralización definitiva voluntaria y a la temporal, ambas con subsidios para armadores y tripulantes. El gerente de Anacef, José Ramón Fontán, subrayó la «actitud firme y positiva» del Gobierno y los eurodiputados en su rechazo al acuerdo. Fontán confía en que, finalmente, al comprobar que nadie va a pescar a Mauritania, se renegocie un acuerdo absurdo en los términos en los que se ha planteado. «Nuestra realidad es consecuencia de una gran mentira. No hay problemas con los cefalópodos y menos con el pulpo», sentenció.