ELPAÏS.COM, 24 de junio (Cádiz). En muchos bares junto al muelle hay fotos amarillentas. Son de un pasado no muy lejano, en el que en el puerto se acumulaban decenas de barcos junto al cantil. Ocurre en Barbate, en Cádiz. También en El Puerto de Santa María. Son imágenes que despiertan la nostalgia pero que a algunos golpean con la dureza de la realidad. Andalucía ha perdido casi la mitad de sus pescadores en tan solo una década. La pesca ya solo representa el 0,27% de los ocupados en la comunidad. Y, aun así, localidades enteras siguen mirando al mar y colocando fotos en sus bares.

La pesca ya solo representa el 0,27% de los ocupados de Andalucía. Los armadores critican la reforma de la política pesquera comunitaria
 
Según datos de la hoy Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Andalucía tenía hace dos décadas 2.473 barcos, de los que dependían 16.819 tripulantes. La cifra se redujo mucho en diez años. Pasó a haber 2.161 barcos y 12.413 tripulantes. Y ahora se contabilizan 1.430 embarcaciones y 6.745 personas navegando.
 
En el progresivo deterioro del sector pesquero han sido fundamentales las obligaciones derivadas de la pertenencia de España a la Unión Europea. La UE ha apoyado económicamente, pero también ha abierto muchas puertas para el desguace de los barcos y la reconversión del sector.
 
Así, al menos, lo entienden los pescadores. El presidente de la Federación Andaluza de Pesca, Manuel Peinado, lo resume así: “Bruselas está muy lejos. Y cuando se defienden los peces antes que los pescadores, así nos va”.
 
El sector andaluz recibía esta semana el apoyo concreto del Rey. “Trabajaremos y os apoyaremos”. El conflicto de los barcos de Algeciras y La Línea en Gibraltar es uno de tantos problemas a los que se enfrenta la flota de la comunidad. Ha sido, con el acuerdo pesquero con Marruecos, el problema más mediático. Pero a eso se añaden los sufrimientos diarios: el incremento del precio del combustible, el agotamiento de las ayudas, la falta de relevos o la reducción de las cuotas, entre otros muchos.
 
Localidades como Carboneras, Isla Cristina o Barbate dependen de la pesca
La situación no es muy halagüeña. Porque a estos quebraderos de cabeza constantes se suma la profunda reforma de la política pesquera comunitaria. Los armadores andaluces creen que perjudica gravemente sus intereses. “Es nuestra principal reivindicación ahora mismo. Que se cambie esa reforma que solo lleva a la paralización de la flota y a cuotas que son insuficientes en muchas especies”, alerta su presidente, Pedro Maza. “La reforma, tal y como está concebida, conduce a un desmantelamiento de la flota. Lo que queremos es trabajar con un mínimo de garantías y que la gente pueda sacar adelante a su familia pescando”, añade Manuel Peinado. En 2014 se acaban las ayudas al desguace. “Lo que puede pasar es que este año y el siguiente desaparezcan todavía más barcos que todavía pueden llevarse cuatro perras”, vaticina Peinado.
 
El estudio más reciente sobre el sector andaluz se hizo el año pasado con datos de 2010. Entonces, la pesca daba de comer a 22.545 trabajadores. 6.745 eran empleados de un barco; 486, se dedicaban al marisqueo y 615 a la acuicultura marina. El resto, 11.251, son empleados indirectos: industria, administración, suministros y servicios comerciales. La pesca aporta solo el 0,27% de los ocupados andaluces y el 3,61% del sector primario. Con todo, ese informe subrayaba que localidades como Carboneras, Isla Cristina y Barbate, dependía en más de un 20% de este sector.
 
La flota andaluza sigue siendo profundamente artesanal
La gran mayoría de barcos, un 66,9%, faena en el golfo de Cádiz, un caladero castigado por el exceso de pesqueros y el esquilme de especies. “Si los planes de pesca se respetan, no debería haber problemas”, argumenta Pedro Maza. “Yo, al golfo de Cádiz, le llamo el de Lourdes, por lo que aguanta. Es un caladero pequeño pero con recursos. Si se cumplen las normas, hay caladero para largo”, dice Peinado.
 
De hecho, la modalidad que más empleo da es la de artes menores con 1.741 ocupados, seguida de la de cerco con 1.513 y el arrastre de fondo con 1.380. La presencia de las mujeres en los barcos es escasa. Solo un 1,1%, aunque un 17% de nombres femeninos que aparecen como titulares de buques. El papel de la mujer, con todo, es importante entre los empleos indirectos que genera la pesca, donde el porcentaje se eleva un 30%.
 

El mejor dato es que parte del sector ha sabido recomponerse a su crisis particular. De hecho, la industria de transformación de la pesca, que trabaja con productos andaluces y no andaluces, aportó en 2010 64,7 millones de euros al Producto Interior Bruto, frente a los 47,25 de 2005. Han ido reduciéndose los barcos y sus tripulantes pero en el muelle se han ido consolidando empresas que siguen mirando al mar. Pueden ser marineros en tierra. Pero son marineros y trabajan.

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