El acuerdo marco que sustenta el nuevo plan de reflotamiento de Factoría Naval entra hoy en vigor al haber ratificado esta misma semana las órganos directivos de Bankia, Novagalicia Banco (NGB) y Banco Gallego así como XesGalicia, la firma de capital riesgo de la Xunta, los respectivos convenios que conforman el entramado financiero que permitirá saldar deudas y dotar de liquidez a la empresa. 

 Las firmas auxiliares instrumentalizan sus pagarés para recibir los 9,2 millones que liquidarían las cuentas que arrastran desde 2010 

FARO DE VIGO, 18 May. (Marín).- Este acuerdo marco, comunicado el pasado 20 de abril al titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pontevedra, permitió al astillero evitar lo que sería su segundo proceso concursal (antes suspensión de pagos) en apenas veinte meses.

La reciente nacionalización parcial de Bankia y su subsiguiente desplome en Bolsa y la incertidumbre que planea sobre el futuro de una NGB situada al borde de la subasta había generado en los últimos días "cierta inquietud" entre los proveedores de Factoría Naval (que esperan el cobro de 9,2 millones de euros) y entre la plantilla (pendiente de una carga de trabajo que les permita abrigar esperanzas de futuro) pues llegaron a temer que los últimos vaivenes del sistema financiero español hiciesen descarrilar el pacto. Ahora, al saber que los tecnicismos legales están solventados, se declaran más tranquilos. 

Reparaciones

La entrada en vigor de este gran acuerdo a cuatro bandas (empresa, entidades financieras, Xunta y proveedores), anunciado hace casi un mes por el conselleiro de Economía e Industria, deja a Factoría Naval "en condiciones de volver a competir, en principio en el campo de las reparaciones", en palabras del propio Javier Guerra.

Para posicionarse de nuevo en el mercado de la construcción naval, el astillero marinense ultima la contratación de un director comercial que tendrá por delante un doble reto: por un lado sanear la deteriorada imagen de la empresa, que lucha desde hace dos años por no caer en el abismo de la liquidación, y por otro captar clientes para crear una cartera de pedidos que garantice la continuidad de la compañía.

Paralelamente en las próximas dos semanas se prevé que Factoría Naval pueda hacer efectivos los pagos pendientes: la liquidación que adeuda a los 34 trabajadores despedidos el pasado mes de enero y la deuda que resta por abonar a los proveedores afectados por el proceso concursal del 2010.

Factoría debe a los primeros (a sus exempleados) alrededor de 500.000 euros, equivalente a la suma de las indemnizaciones mínimas legales que les corresponden por el ERE extintivo por razones económicas en el que se vieron envueltos y que suponen 20 días por año trabajado hasta un máximo de doce mensualidades para cada uno. Cuando se quedaron en la calle la empresa les había informado que carecía de "cash" para hacer las liquidaciones y que las afrontarían cuando tuviesen recursos.

El astillero tiene que pagar a los proveedores 9,2 millones de euros, de los que 6,5 serán ejecutados a cuenta de los pagarés avalados por la Xunta (el 70% de los que obran en poder de las firmas auxiliares) y los otros 2,7 millones a cuenta de los certificados por el propio astillero. 

Liquidación inmediata

Aunque todos los documentos mercantiles tienen el 30 de diciembre de 2012 como fecha de vencimiento, la liquidación será "inmediata", debido a que uno de los pilares del plan de reflotamiento de Factoría Naval es un acuerdo con las auxiliares por el cual estas cobrarían los 9,2 millones de euros a cambio de aceptar una nueva quita (condonación) de 2,7 millones sobre los 12 que restaban para saldar la deuda renegociada en 2010 y que entonces supuso implicó una renuncia de 19 millones para garantizarse el pago aplazados de otros 38 millones.

"Nos han trasladado (la dirección) que primero saldarán cuentas con los despedidos y a continuación con nosotros" explicaba ayer el gerente de Nodosa y portavoz de los proveedores de Factoría Naval (un frente de 300 empresas), Rafael Outeiral, quien confía en que a finales de mayo o, como muy tarde, los primeros días de junio el astillero pueda haber cumplido sus compromisos, poner la cuenta empresarial a cero e iniciar el camino de la recuperación.

La plantilla insiste en que las instalaciones están a punto para recibir barcos y preparada para concluir los trabajos de construcción de las embarcaciones que tienen en sus dependencias y que "buscan" comprador y/o financiador: dos embarcaciones de recreo de lujo y un megavelero. 

Novagalicia Banco pone en el mercado el megayate encargado en su día por Tapias

Sucesivas operaciones financieras convirtieron a la hoy Novagalicia Banco (NGB) en propietaria del inacabado megayate que en su día encargó el empresario vigués Fernando Fernández Tapias y que tras su renuncia, en los primeros meses del año 2010, permanece en el astillero en espera de una salida. Fuentes del sector confirman que la entidad financiera ha puesto esta embarcación de recreo (unidad Y-102) en el mercado aunque todavía está por decidir si la finalización de los trabajos que restan para su puesta a punto serán asumidos por Factoría Naval o si el potencial cliente se debe hacer cargo.

NGB es consciente de que tiene ante sí posibilidades muy restringidas pero también que las grandes fortunas lejos de mermarse se han incrementado con la crisis y el mercado del lujo ha seguido creciendo. A la venta sale un megayate de 60 metros de eslora, con capacidad para 12 pasajeros y 19 tripulantes y que lleva incorporado todo tipo de comodidades y avances tecnológicos. 

Los proveedores llevarán barcos al astillero cuando cobren lo que les deben

"No daremos ningún paso hasta que cobremos lo que se nos adeuda y a partir de ese momento cumpliremos con nuestro compromiso y llevaremos, llegado el caso, nuestros barcos a reparar a Factoría". Son palabras del portavoz del frente de proveedores (el grupo de 300 firmas auxiliares afectadas por la suspensión de pagos del 2010) y gerente de Nodosa, Rafael Outeiral, quien confía en que el astillero liquide los 9,2 millones de euros pendientes en lo que resta de mes.

"Somos los primeros interesados en que el astillero salga adelante ya que si ellos tienen trabajo, las empresas de la zona también tendrán trabajo y pedidos" explica el portavoz del frente de proveedores. Sin embargo, recuerda, llevan casi dos años de negociaciones, renuncias, avances y retrocesos para cobrar una deuda que cuando estalló la crisis y se declaró el concurso de acreedores en 2010 sumaba 57 millones de euros y de la que acabarán cobrando (están en la última fase) solo 35,3 millones.

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