La "Operación Atalanta" de la Unión Europea (UE) contra la piratería en el Océano Índico no puede participar en el rescate de rehenes en manos de piratas en Somalia porque no tiene mandato y conllevaría muchos riesgos, asegura el contraalmirante español Jorge Manso, comandante de esa fuerza naval.

 De acuerdo con la ONU, los piratas somalís recaudaron en 2011 unos 130 millones de euros en pagos por rescates de embarcaciones y tripulaciones 

EFE, 19 Mar. (Mombasa – Kenia).- "Nosotros somos marinos de guerra. Estamos preparados para muchas misiones, pero ahora mismo ese tipo de misiones de liberación y rescate de rehenes no lo contempla el mandato que tenemos para operar en estas aguas", dijo Manso en una entrevista con Efe.

Manso, actualmente al mando de la Fuerza Naval de la Unión Europea (EUNAVFOR) que dirige la "Operación Atalanta", hizo esas declaraciones durante la escala esta semana en el puerto de Mombasa (Kenia) del "Patiño", un barco de aprovisionamiento de combate de la Armada Española que navega actualmente como buque insignia de EUNAVFOR.

El contraalmirante subrayó que, si se atacan bases terrestres de corsarios somalís, "una operación para liberar rehenes acarrea muchos riesgos".

"Una de nuestras preocupaciones es no poner en riesgo a ningún rehén", señaló Manso, al resaltar la importancia de evitar "daños colaterales" en esas acciones, que suelen ser "muy difíciles".

El comandante de EUNAVFOR se refirió a esta clase de operaciones después de que dos rehenes murieran a finales del pasado febrero en una intervención de la fragata danesa "Absalon", bajo mando de la OTAN, contra un barco pirata en las costas somalís.

Según Manso, los filibusteros somalís, que van armados con "fusiles automáticos y lanzagranadas", retienen en la actualidad "ocho barcos y el número de rehenes ahora mismo es de 213".

Entre esos cautivos, precisó, no se cuenta a las dos cooperantes españolas Montserrat Serra y Blanca Thiebaut, de la ONG Médicos sin Fronteras, secuestradas el pasado 13 de octubre en el campo de refugiados de Daabad (noreste de Kenia), fronterizo con Somalia.

"Esas cooperantes españolas -explicó- no están dentro del tipo de delitos que conlleva la piratería. Fueron secuestradas por unos terroristas, pero no eran piratas. No están relacionadas en esas cifras".

Preguntado si la fuerza naval europea podría activar un hipotético dispositivo de rescate de las cooperantes, el contraalmirante reiteró: "Ahora mismo nosotros no tenemos ese mandato. Y aparte de esto, sería una operación muy delicada".

Kenia atribuyó el secuestro a la milicia radical islámica Al Shabab, y el Ejército somalí advirtió en octubre de que ese grupo -que negó la autoría del rapto- podía vender a las rehenes a piratas somalís a cambio de dinero para financiar sus actividades.

Respecto al pago que suelen demandar los más de 3.500 piratas que -según la ONU- operan en el Golfo de Adén y el Océano Índico, Manso indicó que "las cifras son amplias".

"Se ha reducido el número de capturas, pero se ha aumentando la demanda en la cantidad de dinero en los últimos rescates", apuntó el jefe de la "Operación Atalanta", que calculó en "entre nueve y diez millones de euros" el pago que pueden llegar a exigir los bucaneros somalís por la liberación de un barco mercante.

De acuerdo con la ONU, los piratas somalís recaudaron en 2011 unos 170 millones de dólares (unos 130 millones de euros) en pagos por rescates de embarcaciones y tripulaciones, un 54,5 por ciento más que en 2010.

"La amenaza de la piratería -remarcó Manso- es grande. Las rutas del tráfico marítimo se han visto afectadas. Ahora mismo el tráfico marítimo no pasa cerca de las costas de Somalia".

El propio "Patiño" tuvo que repeler el pasado 12 de enero el ataque de un esquife pirata -guardado aún a bordo del buque español-, que acabó con la detención de seis agresores tras un intercambio de disparos.

"Hemos detenido a seis piratas que confundieron al ‘Patiño’ con un buque mercante, siendo un buque de guerra pero con estructura similar a un barco mercante", explicó el comandante, al precisar que los piratas han pasado a disposición de la Justicia española.

España es el segundo país que más dotaciones aporta a la "Operación Atalanta" (iniciada en 2008), sólo por detrás de Francia, pues tiene desplegados en la zona el "Patiño" y el patrullero de altura "Infanta Helena", así como un avión de patrulla.

Pese al repunte de esta nueva piratería del siglo XXI en las costas de Somalia, Jorge Manso cree que ese fenómeno "es igual desde el pasado hasta estos días", pues "el pirata es un delincuente y lo único que busca (hace siglos y ahora) es ganar dinero".

"La piratería -recordó- es la segunda profesión más antigua del mundo".

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