La guerra contra la piratería en Somalia podrá adquirir un sentido más literal, ya que la fuerza naval europea ha sido autorizada a realizar ataques en suelo somalí. A partir de ahora, la misión Atalanta de
La fuerza naval de
EL PAIS, 15 Mar. (Madrid).- La misión naval Atalanta podrá "operar en las aguas territoriales, aguas internas y en el territorio costero de Somalia y en su espacio aéreo", escribió el primer ministro somalí, Abdiweli Mohamed Ali, en su respuesta a las autoridades europeas, citado por Europa Press.
El Gobierno somalí permitirá a los navíos europeos operar en su territorio con el objetivo de "reforzar la seguridad marítima y ayudar a reprimir actos de piratería y robos armados frente a la costa de Somalia".
"Sí, esa carta existe y fue enviada al secretario general de las Naciones Unidas y a
Aunque no pretende enviar tropas terrestres a Somalia, la misión europea sí quiere ser capaz de atacar camiones, suministros, barcos y reservas de combustible de los piratas a lo largo de la costa somalí.
La petición europea llegó a Somalia también por carta, firmada por
De hecho, el 27 de ese mes
“Lo primero que hay que decir es que aumentar las actividades militares siempre conlleva riesgos”, opina Rashid Abdi, especialista en Somalia del International Crisis Group. “Pero dado que la actual administración se ha mostrado incapaz de lidiar con la piratería, y siempre y cuando las acciones se ejecuten con sumo cuidado y evitando daños colaterales, quizá sí sea la hora de probar con una intervención militar”.
Aun así, Abdi insiste en que la solución armada no puede ser la única. “Pero sólo tiene sentido dentro de un enfoque integral, porque mientras haya comunidades muy pobres en la costa somalí, los jóvenes tendrán un enorme incentivo para unirse a la piratería, e igualmente hay que formar a las propias fuerzas de seguridad somalíes”.
En esta línea, y como complemento a la misión Atalanta,
El interés de
Aunque en la actualidad se trata de una actividad criminal organizada, en un principio los piratas somalíes buscaban defender sus costas de la pesca ilegal por parte de barcos extranjeros, que aprovecharían la ausencia de autoridades somalíes para introducirse en sus aguas territoriales y usar métodos ilegales de pesca.
Según la misión Atalanta, en la actualidad hay ocho barcos y un número indeterminado de pequeñas embarcaciones secuestradas por los piratas somalíes, con un número estimado de 213 rehenes. La organización ecologista Ecoterra, dedicada a la vigilancia de las aguas del Índico, aumenta esas cifras a 45 embarcaciones extranjeras y a 418 rehenes, incluyendo a las cooperantes españolas Marta Thiebaut y Montserrat Serra.