Investigadores del Centro Oceanográfico de Vigo del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han comprobado la eficacia de un nuevo sistema para la pesca de merluza negra en Patagonia que minimiza tanto la muerte por ahogamiento de las aves marinas como la depredación de las capturas por parte de los cachalotes.

Investigadores del IEO prueban un sistema que evita los “robos” de los cachalotes y la muerte de las aves
 
Vigo, lunes 31 de Enero. El diseño del nuevo aparejo de pesca experimental, denominado “Umbrella and Stones” (“Paraguas y Piedras”), así como el estudio de su efectividad, se ha publicado en el último número de la revista científica ICES Journal of Marine Science.
 
“El nuevo sistema es de gran interés tanto para el sector pesquero como para la conservación de especies”, explica Sabine Goetz, autora principal del trabajo. “Por un lado reduce considerablemente las pérdidas debidas a la depredación por parte de los cachalotes y, por otro, reduce a cero las capturas de aves marinas”, apunta Goetz.
 
En la pesca de palangre, por lo general, las aves marinas son atraídas por la carnada de los anzuelos durante el fondeo del aparejo. Muchas veces se enganchan en los anzuelos mientras están comiendo la carnada y mueren ahogados cuando el palangre baja al fondo. La inclusión de piedras en el aparejo facilita que los anzuelos con la carnada se sumerjan de manera inmediata y por lo tanto las aves no tienen tiempo de acercarse a los anzuelos y engancharse. “Alrededor de las islas Malvinas hay varias poblaciones de aves marina en peligro que, a partir de ahora, sufrirán un impacto menor”, señala Goetz.
 
Por otra parte, a cada conjunto de anzuelos se le ha equipado con una especie de “paraguas” que cubre las capturas y minimiza la depredación por parte de los cachalotes. La depredación, bien parcial o bien de la presa completa, supone unas pérdidas económicas considerables para la flota española que faena en aguas de
Patagonia.
 
Los cachalotes que habitan estas aguas están muy acostumbrados a los barcos y han adaptado sus hábitos alimenticios a la actividad pesquera. “En cuanto escuchan el ruido del motor los cachalotes se acercan al barco y esperan a que los pescadores saquen del fondo la captura”, explica Sabine Goetz. “De esta forma evitan nadar hasta el fondo y cazar a sus presas, con lo que ahorran mucha energía”, apunta Goetz.
 
La merluza negra es un pescado codiciado, que alcanza unos precios muy altos en el mercado. Cualquier mínimo daño en el ejemplar hace que éste no sea apto para su venta, lo que supone unas grandes pérdidas. Por ello, si los pescadores se encuentran con cachalotes en un área de pesca suelen irse a otro sitio a largar el palangre, lo que supone un gasto extra de combustible.
 
El Instituto Español de Oceanografía (IEO), es un organismo público de investigación (OPI), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, dedicado a la investigación en ciencias del mar, especialmente en lo relacionado con el conocimiento científico de los océanos, la sostenibilidad de los recursos pesqueros y el medio ambiente marino. El IEO representa a España en la mayoría de los foros científicos y tecnológicos internacionales relacionados con el mar y sus recursos. Cuenta con nueve centros oceanográficos costeros, cinco plantas de experimentación de cultivos marinos, 12 estaciones mareográficas, una estación receptora de imágenes de satélites y una flota compuesta por seis buques oceanográficos, entre los que destaca el Cornide de Saavedra, de 1.100 toneladas de desplazamiento y 68 m de eslora.
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