Los continuos retrasos en la puesta en marcha de la autopista marítima de Vigo han beneficiado a la otra línea aprobada entre España y Francia, la de Gijón-Nantes, operada por la naviera LD Lines. La autopista asturiana, en funcionamiento desde el pasado septiembre, se ha lanzado ahora a la búsqueda de nuevos tráficos en el sur de Galicia y el norte de Portugal, donde ya tiene varios clientes, incluidos transportistas vigueses.
El puerto asturiano se asocia con el de Aveiro e identifica un mercado potencial de doce millones de toneladas y 8.000 pymes en el Arco Atlántico que podrían utilizar el servicio
FARO DE VIGO, 27 Ene. (Vigo).- Un estudio elaborado por las autoridades portuarias de Gijón y Aveiro ha identificado un mercado potencial de 12 millones de toneladas y 8.000 pymes (pequeñas y medianas empresas) en el Arco Atlántico susceptible de usar las autopistas del mar. La lucha por los nuevos tráficos está servida.
Las autopistas del mar tienen como principal objetivo liberar de tráfico pesado las saturadas carreteras que unen los países miembros de la Unión Europea –para lo que cuentan con una subvención de 30 millones de euros de los gobiernos, que debe ser aprobada por Bruselas–, y entre España y Francia se seleccionaron dos entre las varias candidatas: la de Vigo, liderada ahora por la Compañía Marítima Hispano Francesa (la naviera del grupo PSA en Vigo); y la de Gijón, en manos de LD Lines.
Pero pese a que Vigo tiene más de treinta años de experiencia en la ruta que une la terminal olívica y el puerto francés de Saint Nazaire gracias a los movimientos de Citroën, la autopista de Gijón tomó la delantera el pasado septiembre con la puesta en marcha del servicio. Los retrasos en el proyecto vigués se debieron a que la primera concesionaria de la supercarretera marítima, Acciona Trasmediterránea, perdió el contrato de Citroën en 2009, lo que provocó que careciese del pie de carga suficiente para cumplir con las exigencias de las autopistas del mar (25.000 camiones el primer año, 100.000 el cuarto y 850.000 el octavo, además de un mínimo de cuatro salidas semanales).
Las dudas sobre el proyecto vigués se disiparon parcialmente la semana pasada, cuando Trasmediterránea transfirió su participación en la sociedad que explota la concesión (Autopista del Mar Atlántica S.L.) a la Compañía Marítima Hispano Francesa, la actual naviera de PSA-Vigo, que anunció su intención de poner en funcionamiento el servicio este mismo año.
CMHF, que cuenta con tráficos de Citroën y Renault (una ruta de importación de vehículos desde Turquía), ha iniciado una intensa labor comercial por Francia para captar nuevos flujos de mercancías, pero la autopista asturiana no quiere ceder la delantera y ha puesto el ojo en el Sur de Galicia y el Norte de Portugal, en alianza con Aveiro.
Los puertos asturiano y portugués participan en proyecto europeo Proposse, en el que también figuran como socios entidades portuarias de Francia, Inglaterra e Irlanda, y que han presentado un estudio sobre las posibilidades que tiene el Short Sea Shipping (transporte marítimo de corta distancia) entre los puertos del Arco Atlántico. Las conclusiones son prometedoras: los puertos del Arco Atlántico tienen capacidad para absorber 12 millones de toneladas al año, procedentes de las 8.000 pequeñas y medianas empresas que operan en sus áreas de influencia. Casi la mitad de esa mercancía se mueve aún por carretera.
El estudio de Proposse examina a fondo las posibilidades de carga en el sur de Galicia y el norte de Portugal. Así, cita los flujos de exportación de los sectores de la piedra y la madera de Lugo y Ourense, así como la alimentación y la metalurgia, entre otros. En este sentido, uno de los principales clientes de la autopista asturiana es una empresa de transportes viguesa vinculada a la ruta Vigo-Saint Nazaire desde hace treinta años y que exporta mercancía general a Europa desde el norte de Portugal.
Fuentes portuarias reconocieron ayer la necesidad imperiosa de reanudar las campañas de promoción de la autopista del mar de Vigo, al margen de la misión comercial que tiene que llevar a cabo la propia empresa, CMHF. En este sentido, aconsejan volver a presentar el servicio a las asociaciones de transportistas y empresarios de Galicia y el norte de Portugal, con el objetivo de "aclarar" en qué situación está el proyecto y cuándo podría empezar a operar realmente. También urgen a dar una imagen de unidad de los agentes sociales.