La liberación del atunero Alakrana ha sido recibida con enorme satisfacción por todo el sector marítimo, aglutinado en sus diversos subsectores en torno al Clúster Marítimo Español. En representación de todos ellos, la presidencia del CME quiere transmitir a todos los tripulantes, familiares y amigos su solidaridad y su apoyo, al tiempo que reclama a las administraciones y autoridades competentes que refuercen la seguridad de los barcos españoles para que un hecho así no vuelva a suceder.

El secuestro del  Alakrana pone de relieve que la piratería del Índico no es una causa ajena, sino que afecta gravemente a nuestros intereses y a nuestra seguridad. Y por ello, exige tomar todas las cautelas posibles, como ya lo están haciendo la mayoría de los países que faenan por aguas somalíes.

Como consecuencia de los ataques piratas en la zona, la flota de atuneros en la región del Índico, la más perjudicada, ha visto mermar sus capturas alrededor de un 50%, pasando de 200.000 toneladas anuales a 100.000, según datos de la Confederación Española de Pesca. En el Índico faenan habitualmente 33 barcos españoles, con una media de 30 trabajadores a bordo, y cuentan con una capacidad de almacenaje de entre 600 y 1.400 toneladas de atún. Esta flota abastece el 40% de la demanda industrial conservera-nacional.

Los 33 atuneros españoles mencionados representan apenas un 8% de la flota pesquera española en aguas extracomunitarias, cifrada en 450 (según las estimaciones del Clúster de Empresas Pesqueras en Países Terceros). Este porcentaje  puede parecer pequeño, pero hay que tener en cuenta que la zona de pesca en el Índico (aguas somalíes, mauritanas y de las Islas Seychelles) es muy reducida, así que, proporcionalmente, el del Índico es un caladero muy importante para la flota española. Además, y esto es muy relevante, cualquier problema en el Índico resulta especialmente perjudicial para el sector, ya que los barcos españoles que pescan fuera de aguas comunitarias son responsables del 10% del pescado que se consume en conjunto entre los 27 países de la UE. Mercado y flota que, como es bien sabido, está intentando proteger la Unión Europea por medio de la operación «Atalanta», en la que España participa muy activamente.

El comandante de la operación Atalanta, Juan Garat, fue precisamente uno de los ponentes de la jornada sobre piratería que el CME convocó el pasado 15 de octubre, junto al director de la patronal atunera OPAGAC, Julio Morón, y otros expertos muy vinculados al problema del Alakrana. La seguridad de los barcos españoles es un asunto nuclear para una asociación como nuestro Clúster, no sólo por ser marítimo, sino también porque la pesca constituye uno de sus sectores de mayor interés.


No estamos, pues, ante un problema baladí. Ni en el plano humano, ni en el plano económico. Estamos hablando de una importante cuestión de Estado que requiere dedicación, recursos y decisiones  políticas, diplomáticas y jurídicas. Los continuos secuestros que siguen padeciendo los barcos que faenan en estas aguas –el último, de bandera australiana, coincidiendo con la liberación del Alakrana- indican que el camino será largo y tortuoso, pero hay que recorrerlo con toda nuestra energía. Y si no existe ni siquiera camino, habrá entonces que hacerlo al andar.

Federico Esteve
Presidente del Clúster Marítimo Español




El Alakrana, escoltada por una fragata de la Armada, poco después de su liberación el pasado 17 de noviembre
[El  Correo Digital]




Componentes de la tripulación liberada
[Diario de Navarra]




De izquierda a derecha, Javier Portales, abogado maritimista; Juan Garat, comandante de la operación Atalanta de la UE; Emilio Gómez, adjunto al director de comunicación de Puertos del Estado y moderador; Julio Morón, director de la patronal atunera OPAGAC, y Alberto Blanco, representante de la empresa Marpetrol. Todos ellos ponentes de la jornada sobre “La piratería en el siglo XXI” organizada por el CME el pasado 15 de octubre.

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