La secretaría de este nuevo órgano adscrito al Ministerio de Fomento, compuesta por cinco investigadores y tres administrativos, trabaja con dedicación exclusiva desde junio con la meta de “mejorar la seguridad marítima” del litoral y de la flota española. Para ello, estudia los siniestros graves o muy graves provocados por un episodio de contaminación, una colisión o un hundimiento, conlleven o no el fallecimiento de algún tripulante.
Desde su puesta en marcha, la Ciaim ha asumido algunos de los casos iniciados en 2008 por Marina Mercante y que siguen sin resolver. Así, la lista de accidentes marítimos que les ocupan en Galicia arranca con el hundimiento del ‘José Almuiña’, un palangrero de A Guarda, que desapareció cerca de las Bermudas en noviembre del pasado año.
La relación de accidentes de 2008 se completó en diciembre con el naufragio del ‘Rosamar’ y con el incendio registrado en un buque chipriota en Arousa, el ‘Doxa’, en cuyo interior apareció muerto un marinero indonesio. En lo que va de año, la siniestralidad marítima en Galicia deja una estela de daños materiales y personales alarmante, con tres patronos fallecidos.
En estos momentos, este equipo de especialistas trata de dilucidar las circunstancias en las que se fueron a pique el ‘Monte Galiñeiro’, el ‘Canconio’ y el ‘Villa de Aguete’, así como el abordaje entre el ‘Anchousa’ y el ‘Playa das Dunas’ a unas 11 millas de Estaca de Bares. En los últimos 15 días, el grupo ha visto incrementada aún más si cabe su labor con los naufragios del ‘Furacán’, en Porto do Son; del ‘Nosa Cantiga, frente a las costas portuguesas, y con el extraño hundimiento del ‘Hermanos Landrove’, registrado esta semana a 20 millas de Cedeira.
Equipo técnico de ocho personas
Consciente de que tanto familias como armadores necesitan respuestas, Sonia Barbeira, la secretaria de la comisión incide en la dificultad que entrena la resolución de estos casos. “Una investigación que parece inicialmente clara se puede complicar en el transcurso del proceso”, constata la experta, quien incide en que con un grupo técnico formado solo por ocho personas “no retardamos los informes por capricho, sino que, por desgracia, tenemos más accidentes que investigar de lo que nos gustaría”.
En esta tesitura, la comisión prevé que sus dos primeros informes verán la luz en un mes, tras recibir la aprobación del pleno de la Ciaim. Se trata de dos casos acaecidos en Cataluña, la explosión del cárter del motor principal del ‘Gema B’ en Barcelona y del episodio de contaminación causado por el hundimiento del ‘Savinosa’ en Tarragona.
Conscientes del “interés nacional” suscitado por el naufragio del ‘Hermanos Landrove’, Barbeira precisó que el órgano intentará “agilizar” la investigación para disponer de unas conclusiones “en tres meses”.
Una vez refrendado el informe, el documento se hará público, de manera que incluso podrá ser utilizado en una causa judicial. “Pensamos que debemos tener la deferencia para con las familias y al armador para que lo transmitan al resto de miembros de la tripulación. Es por ello que les avisaremos cuando el estudio esté concluido”, constata la secretaria de la Ciaim, al tiempo que apunta que también estará en la web.
A por los testimonios
Fotografías, vídeos grabados por buzos que descienden hasta los pecios, documentación aportada por los armadores y testimonios de las tripulaciones forman parte de los expedientes que estudia la comisión que este año relevó a la Marina Mercante. La antigüedad de algunos casos y la dificultad para recabar nuevos indicios, lastran la resolución de algunos naufragios, por lo que echan mano de los ensayos en el Canal de Experiencias Hidrodinámicas del Pardo, en Madrid.
“Tomar unha declaración cuando han pasado siete meses puede resultar poco útil, porque todo el mundo tiende a olvidar lo malo y a recordar lo bueno”, reconoce Barbeira, quien también señala la importancia de la colaboración con las autoridades marítimas de otros estados.
Ante la cantidad de siniestros a los que deberán dar respuesta, Fomento baraja ya aumentar el número de investigadores –ingenieros, expertos en náutica y seguridad marítima– que integran la comisión, así como dotarla de más medios técnicos con el fin de proponer medidas para aumentar la seguridad de la navegación.
Simulación del naufragio del ‘Rosamar’
Entre las investigaciones más complejas que aborda el equipo de la Ciaim se encuentra el naufragio del ‘Rosamar’, un pesquero de bandera portuguesa y de armador lucense que se hundió el 5 de diciembre de 2008 a 24 millas de Burela, dejando un trágico balance de cuatro marineros muertos y otros tantos desaparecidos.
Para recrear las últimas horas del ‘Rosamar’, los expertos reproducirán un modelo del barco a escala que someterá a ensayo antes de fin de año en el Canal de Experiencias Hidrodinámicas del Pardo, en Madrid. En base a la documentación y al testimonio de los cinco supervivientes, los técnicos reproducirán la situación del mar en aquel fatídico día, así como la colocación de la carga. Según precisó Sonia Barbeira, así verán cómo pudo reaccionar el arrastrero “con un golpe de mar”. “Es como ver el barco tal y como se comportó en ese momento”, indicó.
Tripulantes del ‘Nosa Cantiga’
Tras iniciar el jueves las pesquisas sobre el naufragio del ‘Hermanos Landrove’, la comisión regresará a Galicia a “a finales de esta semana o a principios de la próxima” para tomar declaración en la Capitanía de Vilagarcía a los ocho tripulantes del ‘Nosa Cantiga’, el buque hundido frente a la localidad lusa de Vila do Conde el pasado 6 de septiembre.
Aunque la Ciaim no dispone del pecio para inspeccionarlo, las autoridades marítimas de Oporto y Leixoes facilitarán la información técnica y las declaraciones de los marineros y del armador. “No recopilamos solo información desplazándonos hasta la zona del hundimiento”, aclaró Sonia Barbeira.